La compañera de fórmula de Alberto Fernández reapareció públicamente tras su estadía en Cuba para acompañar a su hija Florencia. Y lo hizo justamente el día siguiente al primer debate presidencial, al que aportó su propio análisis y balance.
Aclaró que sólo vio completa la parte de economía, y consideró «un escándalo» la afirmación presidencial de que dos de cada tres dólares que tomaron de deuda fue para pagar la deuda contraída en los doce años de kirchnerismo. «En cualquier país serio esto sería conmocionante», dijo antes de destacar que resulta imposible seguir con los ciclos neoliberales que toman deuda. «Viene uno y desendeuda, viene otro y vuelve a endeudar», ironizó.
Recordó que «todavía estamos pagando la deuda de los Grandes Grupos Económicos que estatizó Domingo Cavallo en 1982, entre ellos el propio Grupo de la familia del Presidente, el Grupo Macri». Y en ese momento rescató el reclamo que hizo Alberto Fernández en el debate sobre el destino de los miles de millones de dólares tomados por este Gobierno y que en su gran mayoría se fugaron. «Creo que los argentinos tienen derecho a saber por qué los endeudaron y quiénes se llevaron ese dinero. Alberto lo dijo muy claramente, me parece que esto va a ser un deber de la Argentina, establecer mecanismos para que no vuelva a suceder», explicó.
«Claro que las deudas se pagan, pero que la paguen los que más se la llevaron, los que la disfrutaron», sentenció.
Cuando le preguntaron sobre el artículo del diario económico británico Financial Times, que critica duramente la gestión de Cambiemos se rió. «Ahora todos critican al muñeco que está en el piso. Macri no será Chispita, pero creo que el problema no ese sino las políticas que se aplicaron. Me parece que están tratando de salvar el ideario neoliberal aprovechando la impericia de Chispita«, concluyó.
Antes, había aprovechado una suave silbatina a Macri para cortarla de cuajo asegurando que «cuando uno vota no hace falta ni el silbido ni el agravio, y acá ya se votó».
Una frase que le sirvió para rememorar que el final de lo que llamó «la tercer andanada neoliberal» resultó distinto al de la segunda, cuando la consigna fue «que se vayan todos». «Ahora no surgió esa consigna, porque una parte importante de la sociedad recordó lo que se había hecho en los doce años de nuestros gobiernos. Así que, a pesar de todo lo que se retrocedió en estos años, lo que hicimos no fue inútil».