“El domingo fue derivado un paciente con sospecha de hantavirus que cumplía aislamiento como parte del núcleo familiar de la niña fallecida en julio pasado”, explicó Biondo.
“Estaba por finalizar el aislamiento reglamentario y selectivo en su vivienda y comenzó con sintomatología, por lo cual se comunicó con el equipo de Salud que estaba haciendo su seguimiento desde el Hospital de Corcovado”, remarcó.
“Rápidamente se alertan del caso y cuando chequean que es una sintomatología compatible, es derivado al Hospital de Esquel y ayer se hizo la confirmación a través del Laboratorio del propio hospital y de otro de referencia”, reveló el facultativo.
“Ya podemos transmitir que es un nuevo caso de hantavirus relacionado al anterior, sobre el que se venía haciendo el abordaje preventivo”, aseveró Biondo.
“El paciente está en un estado reservado, no ingresó todavía en Asistencia Respiratoria Mecánica, esperemos que esto no suceda, que evolucione favorablemente, pero siempre está en cuidado críticos, porque con estos pacientes se toman todas las medidas para actuar rápidamente”, señaló.
“Es una persona de 59 años de edad que hacía tareas en el mismo ambiente al que se expuso la niña, tampoco descartamos que sea un contagio interhumano, esta situación plantea la hipótesis, pero a priori suponemos que se trata de un contagio ambiental. Debemos esperar los análisis del laboratorio”, analizó.
CINCO AISLADOS
«Actualmente hay aislados cuatro convivientes del señor y un personal de salud que tuvo involucrado en el traslado. Hubo un aislamiento previo por el caso de la niña con muestras de PCR negativas y un alta, pero ahora retomarán su aislamiento de cero a partir de la confirmación del caso del señor», precisó Lorena Carrasco.
«Viven en la misma casa, en el área rural y se les está haciendo el seguimiento desde el Puesto Sanitario de Cerro Centinela, también con un abordaje de salud mental para transcurrir los 30 días o 45 de aislamiento, y además está implicada la Comuna para la asistencia alimentaria o cualquier cosa de lo cotidiano», subrayó.
«Se está trabajando mucho con las medidas preventivas sobre todo para la gente que realiza actividades de riesgo en el ámbito rural, como el acopio de leña, esta es la época donde se trabaja con pasto o se trasladan animales y en la recorrida del campo. Se sugiere llevar barbijos para evitar el contagio», exhortó.
ALTA ACTIVIDAD DE ROEDORES
«Cuando se identifica los lugares probables de contagio, se procede a hacer un sistema de trampeo para hacer capturas vivas, sacar sangre y órganos de los roedores que nos permite enviar las muestras al Instituto Malbrán», indicó el veterinario Gustavo Martínez sobre el protocolo de actuación.
«La semana posterior al fallecimiento de la niña se colocaron en total 140 trampas noche y se capturaron 29 roedores en distintos lugares del predio, lo que nos dio una captura promedio del 20 por ciento, lo cual para esta época del año indica una actividad alta de roedores», destacó.
«El ambiente es favorable para el desarrollo de los roedores, cerca de la casa hay un arroyo que sirve como de avenida, además de estructuras edilicias de madera, como la leñera que estaba pegada. Ahí se pusieron 10 trampas y se capturaron ocho ejemplares, el 80 por ciento, uno positivo, y otro galpón cercano, a unos 10 metros, donde se guardaba el pasto, donde también se capturó otro positivo, ambos colilargos adultos, hembras», expuso el responsable de Zoonosis.
«Nunca habíamos podido en esa zona, a pesar de los estudios de foco que habíamos hecho, recuperar roedores positivos. Esta es la primera vez y se están estudiando en el Malbrán con mucha premura para cotejar con el virus intrahumano, porque hay técnicas que permiten ver todo el genoma del roedor y comprobar que ese es el lugar de contagio», enfatizó.
