El «Huracán» ya quiere dejar de soplar: «hago tres peleas más y me retiro»
Omar Andrés Narváez ya sabe que pasó el calendario y que con 45 años ya ha dado casi todo, y lo mejor. Pero con la prestancia de siempre para entrenar y guantear, se ilusiona con decorar su legendaria trayectoria con tres combates, y si es posible en el ámbito internacional, de la mano del joven representante del campeón welter de la AMB, el también olímpico en Río 2016, Alberto Palmetta.
«Tengo 62 kilos, hasta ahí llego, no subo más. Me acuerdo cuando peleé con Rayonta Whitfield en Madryn tuve que bajar 11,5 kilos para dar los 50,800 de la categoría Mosca», recordó el «Enano».
Su ritmo de guanteo no dejar de admirar, denota su sapiencia y su brillante recorrido de más de 20 años como profesional. Cuando le toca descansar, le toca el rol de entrenador, con indicaciones muy precisas para Antín sobre como defenderse y direccionar algunos golpes.
Ya terminado el guanteo en homenaje al Negro Robledo, y con un look barbado, Narváez afirmó: «este año me retiro, ya pasó el calendario, pero ojalá pueda hacer dos peleas, a lo sumo tres».
«Cuando se saca el vendaje, la prodigiosa mano zurda deja traslucir una inflamación conocida, la que hizo pelear infiltrado desde 2005, después del accidente en moto en Córdoba, cuando estaba bajo de las ordenes del fallecido Carlos Tello.
Pero Narváez desmistifica que ese accidente haya puesto en peligro su carrera profesional: «con la caída en el accidente me quebré exactamente la muñeca al medio, pero como ven, el problema es en la parte posterior de la mano, esas fracturas fueron en distintas peleas, por la postura de zurdo, por golpes mal puestos, en la cabeza, en el codo. Fueron quebraduras en las mismas peleas», aseguró.
«Uno aprende a convivir con el dolor, pero además el hecho de que cuando el impacto es duro, no sólo me duele, también sufro de tendinitis en todo el brazo y en el hombro», expuso el boxeador récord en defensas mundialistas.