Estudio desmiente los mitos sobre la falta de higiene en la Edad Media

Javier Traité y Consuelo Sanz de Bremond publican «El olor de la Edad Media», un ensayo que refuta la imagen de una Europa medieval sucia y descuidada, demostrando la existencia de prácticas higiénicas avanzadas para la época.

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La percepción de la Edad Media como una época sucia y desaliñada está profundamente arraigada en la cultura popular, pero esta visión podría estar más influenciada por mitos que por la realidad. En su nuevo ensayo, «El olor de la Edad Media», el historiador barcelonés Javier Traité y la divulgadora Consuelo Sanz de Bremond se han propuesto desmontar estos clichés, revelando que los europeos medievales tenían una relación mucho más sofisticada con la higiene de lo que se suele creer.

En una entrevista con Efe, Traité lamenta que aún se siga hablando de la Edad Media como una época «asquerosa, llena de barro», y señala que muchas de estas ideas erróneas han sido perpetuadas por bulos en redes sociales que pintan a los antepasados medievales como personas sucias y descuidadas. Según los autores, esta visión distorsionada no solo es injusta, sino que también ignora la rica diversidad cultural e influencias que conformaron las prácticas higiénicas de la época.

Una de las claves de su investigación es la evidencia de que el agua era abundante en las ciudades medievales, muchas de las cuales contaban con arroyos y ríos que hoy han desaparecido. Además, el uso de jabón era común desde el siglo IV-V, con variedades como el jabón de Marsella y el de Castilla, que eran ampliamente utilizados en Europa. Los romanos, aunque conocían el jabón a través de los germanos, lo usaban como tinte, lo que contrasta con el uso higiénico que se desarrolló posteriormente en la Edad Media.

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Traité también desmiente la imagen de los vikingos como bárbaros sucios, destacando que tenían un día semanal dedicado al baño y portaban pequeños utensilios de aseo personal como peines, pinzas y palillos. Por otro lado, muchos baños que hoy se identifican como árabes en la península ibérica fueron, en realidad, fundados por cristianos, aunque con decoración islámica, siguiendo las tendencias de la época.

Consuelo Sanz de Bremond subraya que la Edad Media fue un período de intensa interacción cultural, donde influencias islámicas, vikingas, eslavas y mediterráneas se entrelazaron, creando una especie de «protoglobalización» en las costumbres y prácticas diarias.

Fuente: MDZ Online

Foto: ABC  

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