El mandatario filipino Rodrigo Duterte anunció hoy que no se presentará a las elecciones de 2022, en las que se iba a postular como vicepresidente, e informó que se retirará de la vida política, lo que allana el camino para que su hija sea candidata a dirigir el país.
«El abrumador sentimiento de los filipinos es que no estoy habilitado y sería una violación de la Constitución pasar por encima de la ley» para ser candidato a vicepresidente, explicó Duterte.
«Hoy anuncio mi retirada de la vida política», concluyó en un anuncio sorpresivo. A Duterte, de 76 años, la Constitución le impide presentarse a un segundo mandato de seis años.
El mandatario había anunciado que sería candidato a vicepresidente, una decisión denunciada por la oposición como una maniobra para librarse de posibles acciones de la justicia y que no contó con tanto apoyo en los sondeos.
Duterte tampoco dijo a quién apoyará como sucesor, aunque muchos estiman que será su hija Sara, quien previsiblemente lo proteja de cargos criminales ante la investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) por su violenta guerra contra el narcotráfico.
Sara Duterte-Carpio, alcaldesa de la ciudad de Davao (sur) y muy bien situada en los sondeos, afirmó que no se presentaría si su padre aspiraba a la vicepresidencia.
La campaña electoral en Filipinas comenzó oficialmente ayer con la apertura de las inscripciones para los 18.000 cargos en juego.
Además de la hija de Duterte, si confirma su candidatura, aspiran a la presidencia Ferdinand «Bongbong» Marcos, hijo del exdictador del mismo nombre, el exboxeador Manny Pacquiao o el exactor y alcalde de Manila, Francisco Domagoso, conocido como Isko Moreno, además de otras celebridades televisivas, e incluso un preso.