En una conferencia de prensa posterior a las casi cuatro horas de deliberaciones, los secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña anunciaron la medida de fuerza, que será la quinta desde la asunción del actual gobierno, luego de «un extenso análisis de la situación económico-social y política y de las últimas gestiones realizadas», afirmaron.
Daer, titular del gremio de Sanidad, indicó que esa realidad económico-social afecta de manera «grave a los trabajadores y a las economías regionales», por lo que exigió «el cambio del modelo y de las estrategias económicas oficiales para reactivar el país».
El sindicalista negó ante una consulta que la decisión de la central obrera haya sido adoptada luego del encuentro de la víspera con los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la sede del gremio de la construcción (Uocra), y señaló que esa reunión «no fue vinculante de la determinación decidida hoy por consenso gremial».
«La decisión de llamar a la huelga general nacional se venía gestando desde hace tiempo entre todas las organizaciones confederadas. Hoy -martes- hubo consenso unánime respecto de la necesidad de ir a la protesta en solidaridad con los trabajadores en conflicto y ante la grave situación del mercado interno, la producción, el consumo y los despidos», señaló.
Daer añadió que «los gremios del transporte están confederados y, por ende y obviamente, irán al paro al igual que cualquier otra organización sindical», y sostuvo que la CGT dialogará con todas las centrales obreras para que se sumen a la protesta del 29.
Sin embargo, la decisión de paralizar las tareas sobrevino luego de un profundo debate entre los integrantes del consejo directivo, ya que varios gremios se oponían a la protesta, impulsada por las entidades del transporte y el llamado «barrionuevismo» sindical que, entre otros hombres, reúne en la CGT a Luis Cejas (Viajantes), Oscar Rojas (Maestranza) y el propio Acuña (Estaciones de Servicio).
«La presencia de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Consejo Nacional Justicialista tampoco se relacionó con la decisión de parar», dijo Daer, quien añadió que «se impone de todas formas la unidad del PJ para triunfar y luego gobernar».
«En este país no hubo reforma laboral porque la CGT se paró de manos siempre y lo impidió», expresó Acuña, quien señaló que «el gobierno nacional no supo ver o interpretar la multitudinaria marcha del 4 de abril último de miles de trabajadores argentinos».
Esa marcha contó con la participación de sindicatos de diversas actividades, tanto adheridos a la CGT como a otras centrales.
En tanto, el 30 de abril, el Frente Sindical que lidera el «moyanismo», la Corriente Federal de Trabajadores del bancario Sergio Palazzo y las CTA realizaron un paro y se movilizaron a Plaza de Mayo.
Para Daer, una huelga nacional en épocas de desarrollo y bonanza solo es comprensible a partir de la exigencia de la distribución de utilidades, lo que «no ocurre en estos tiempos de la Argentina, porque hoy una protesta se motiva en la equivocada política económica».
La huelga del 29 «está garantizada» a partir de la propuesta de paro y adhesión de los más de veinte organizaciones sindicales del transporte, que reclamaron la medida, se destacó.
Daer indicó además que la CGT participará -si es convocada- en la mesa de diálogo impulsada por el gobierno a partir de los 10 puntos de consensos básicos que propuso, ya que «siempre procuró el diálogo», aunque juzgó que la iniciativa «es tardía, electoralista, cortoplacista y coyuntural», y explicó que la central tiene «su propia agenda de temas».
«Para la CGT esa mesa de diálogo debe incluir temas como la alimentación, la salud y la educación, que es lo único que puede engrandecer y desarrollar el país», concluyó Daer.
