En cuanto a la vivienda que fue incendiada, presuntamente, como venganza de ese hecho quedó totalmente destruida. Se hallaba desocupada al momento del atentado. El lugar está situado entre las calles Pablo Neruda y Castelli.
Los bomberos en dos dotaciones debieron acudir en dos oportunidades a apagar el incendio; la primera fue a las dos de la madrugada y la segunda a las cinco. En esta última ocasión, el fuego por la voracidad con que consumía el inmueble, en el que en ese momento no había nadie, se propagó por el techo hacia la vivienda lindera en donde dormían; un matrimonio, sus hijos y la abuela de estos.
Por suerte pudieron salir todos a tiempo de la casa y sin inconvenientes al ser rápidamente evacuados por los mismos bomberos y personal policial. En tanto que los daños en el domicilio fueron evaluados como parciales.