Ya 16 meses desde el derrumbe parcial del histórico edificio del barrio LU4 en la zona sur de Comodoro Rivadavia, y las seis familias que fueron evacuadas aún no han podido regresar a sus hogares. La situación, lejos de mejorar, se ha agravado con nuevos problemas ambientales y la falta total de respuestas por parte de las autoridades.
Elsa Faulbaum, una de las vecinas afectadas, relató que su departamento —y otros del edificio— se encuentran invadidos por palomas muertas y guano, lo que genera un grave riesgo sanitario. “Yo suponía que iba a estar feo el lugar, pero resulta que no, que está horrible, está horrible”, expresó con pesar.
Las aves ingresaron por una ventana rota durante el abandono del edificio, y desde entonces se acumulan sin que nadie actúe. “Entraron porque la red que tenía en el balcón se soltó y el viento rompió una ventana. Ahí empezaron a meterse las palomas al departamento”, explicó Faulbaum, quien accedió a su vivienda acompañada por personal de bomberos y policías.
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La insalubridad del lugar hace imposible que las familias vuelvan. “Todas mis cosas perdidas, completamente todo, porque no hay nada que sirva”, lamentó. Además, señaló que la situación retrasa cualquier posibilidad de reconstrucción: “¿Qué le parece? Esto atrasa todo más para volver”.
La vecina, que actualmente vive en un departamento prestado, contó con angustia la dificultad económica que atraviesa. “Cobré con aguinaldo y todo $660.000, y pago un alquiler de $500.000. Todos los meses para mí, desde que salí de acá, ha sido tremendo”, señaló. Su hija estudia y la familia apenas logra sostenerse.
La situación no solo afecta a Elsa. Las seis familias desplazadas siguen esperando una fecha concreta para el inicio de las obras. “Hasta ahora no tenemos nada, nada concreto, nada que nos digan tal día vamos a empezar con la obra y van a poder regresar ustedes a sus viviendas”, aseguró.
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Además del problema habitacional, el edificio enfrenta un riesgo sanitario severo. La presencia de palomas muertas ha llevado a que autoridades sanitarias comiencen a inspeccionar la zona, aunque aún no hay acciones concretas. “Vienen a inspeccionar por qué han muerto palomas, por si hubiera algún virus o algo”, comentó Faulbaum.
“Es una mugre, es una cosa que no se puede creer cómo está todo”, resumió la vecina, que junto con los demás damnificados del LU4 continúa esperando respuestas estatales, soluciones estructurales y, sobre todo, poder volver a llamar hogar a lo que hoy es solo un recuerdo.
