A lo largo de la historia, los humanos han contribuido a la desaparición de miles de especies. Sin embargo, también han sido clave para revertir ese daño. Gracias a esfuerzos conjuntos entre gobiernos, científicos, organizaciones y comunidades, varias especies animales que alguna vez enfrentaron una desaparición inminente hoy respiran aliviadas.
Programas de conservación, cría en cautiverio, leyes de protección ambiental y recuperación de hábitats naturales fueron las herramientas que hicieron posible estos milagros ecológicos. Una revisión de estos casos no solo demuestra que la extinción puede evitarse, sino que ofrece esperanza para otras especies en peligro.
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Entre los casos más emblemáticos se encuentra el de la ballena jorobada, que logró recuperarse tras décadas de caza comercial, y el del lobo gris, reintroducido con éxito en parques nacionales como Yellowstone. El panda gigante, ícono global de la conservación, también dejó de estar en peligro gracias a reservas naturales en China.
El bisonte americano, símbolo de las Grandes Llanuras, y el tigre siberiano, que habita los bosques rusos, son ejemplos de cómo la vigilancia y la protección territorial pueden salvar especies. Lo mismo ocurrió con el cóndor americano, cuya reintroducción en California es vista como un hito en la conservación de aves.
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Completan la lista el lobo mexicano, reintroducido en su hábitat natural gracias a un esfuerzo binacional entre México y EE. UU., y la iguana azul de las Islas Caimán, recuperada tras un exitoso programa de reproducción. Todos estos casos son prueba de que el compromiso humano puede revertir el curso de la extinción y dar nueva vida a la biodiversidad.
Fuente: Canal 26.