Argentina avanza a paso firme hacia su posicionamiento como potencia energética con la puesta en marcha del ambicioso proyecto “Argentina LNG”.
Esta semana, las principales petroleras nacionales confirmaron la decisión de inversión para traer los dos primeros barcos de licuefacción al Golfo San Matías, en Río Negro. La operación comenzará en 2027 y marcará el inicio de una nueva etapa en la explotación de Vaca Muerta.
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El plan, liderado por YPF, prevé la instalación de un total de seis buques flotantes que permitirán licuar gas natural directamente en alta mar. Esto convertirá a Argentina en uno de los pocos países del mundo con capacidad flotante de esta magnitud. De acuerdo con estimaciones oficiales, se espera alcanzar una producción anual de 28 millones de toneladas de GNL, equivalente a cerca del 100% de la producción nacional actual.
El impacto económico proyectado es significativo: se calcula que las exportaciones de GNL podrían representar ingresos por USD 15.000 millones anuales hacia 2030. Sumado al petróleo, el potencial exportador alcanzaría los USD 30.000 millones por año, un monto comparable al aporte actual del sector agropecuario. Esto representa una oportunidad clave para aliviar el crónico déficit de divisas que arrastra la economía argentina.
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Sin embargo, el proyecto no está exento de controversia. Desde la provincia de Buenos Aires expresaron descontento por la localización en Río Negro, al considerar que su infraestructura y mano de obra capacitada quedan relegadas. Pese a ello, fuentes oficiales insisten en que la elección responde a condiciones logísticas y de profundidad costera más favorables para la operación offshore.
Fuente: Infobae.