La violencia se intensifica en Kenscoff, Pacot y Canapé-Vert, donde civiles y fuerzas de seguridad enfrentan a las bandas que dominan el 85% de Puerto Príncipe. El gobierno haitiano condena los hechos y reafirma su compromiso con la seguridad.
MIRÁ TAMBIÉN | Bolsonaro internado: se agrava su salud tras la tensión judicial
La crisis de violencia en Haití sumó un nuevo capítulo trágico: al menos ocho personas fueron asesinadas en las últimas horas tras una serie de ataques coordinados por pandillas armadas que buscan consolidar su poder en territorios que aún permanecen fuera de su control.
Según informó Lionel Lazarre, portavoz de la Policía Nacional de Haití, entre los fallecidos se encuentran dos soldados y cuatro civiles armados que colaboraban con las fuerzas oficiales en Kenscoff, una localidad ubicada a las afueras de Puerto Príncipe, hasta ahora considerada una zona relativamente segura. A estos se suman otras dos muertes en el barrio de Pacot, también en la capital haitiana, donde el avance de los grupos criminales sigue dejando un rastro de sangre.
La noche del miércoles, el gobierno reportó además la muerte de al menos cuatro personas más, entre policías y civiles armados, en Canapé-Vert, uno de los pocos sectores de Puerto Príncipe que aún no han sido tomados por las bandas. Videos compartidos en redes sociales muestran imágenes estremecedoras: cuerpos mutilados y hombres armados exhibiendo cabezas humanas como trofeos, gritando consignas violentas.
MIRÁ TAMBIÉN | Juan XII, el papa más joven y escandaloso de la historia
Ergens St. Pierre, agente de policía y referente comunitario de Canapé-Vert, expresó su pesar por lo ocurrido. “El pueblo está llorando mucho. Murieron por voluntad propia, para evitar que los criminales se apoderen de su barrio”, dijo en declaraciones al medio Tripotay Lakay.
En respuesta a los ataques, tanto el consejo presidencial de transición como la oficina del primer ministro emitieron comunicados condenando la violencia y asegurando que “la lucha contra la inseguridad sigue siendo la máxima prioridad” del gobierno haitiano. Sin embargo, la situación parece salirse de control.
Las estimaciones actuales indican que las pandillas controlan al menos el 85% de Puerto Príncipe. En lo que va del año, más de 5.600 personas han sido asesinadas y más de un millón han tenido que abandonar sus hogares, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.
MIRÁ TAMBIÉN | Venecia presenta su estadio del futuro con un sello global
Frente a la gravedad del panorama, la Policía Nacional de Haití recibe asistencia de una misión internacional liderada por Kenia y respaldada por la ONU. Sin embargo, el despliegue de efectivos avanza lentamente: de los 2.500 agentes previstos, apenas se han movilizado cerca de 1.000, una cifra insuficiente para contener el avance de los grupos armados.
Mientras tanto, la población civil recurre a formas de autodefensa desesperadas y el país se hunde en una crisis humanitaria sin precedentes. La falta de recursos, el colapso institucional y la ausencia de un plan de seguridad efectivo siguen dejando a millones de personas a merced de la violencia extrema.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo