El tribunal de apelación belga declaró culpable al Estado por la separación forzada de niños mestizos de sus madres en el Congo Belga, un acto catalogado como crimen contra la humanidad.
El Estado belga fue declarado culpable de crímenes contra la humanidad por su implicación en la separación forzada de cinco niños mestizos de sus madres en el Congo durante el período colonial. El tribunal de apelación, en un fallo histórico, reconoció que las mujeres, nacidas en el Congo Belga y ahora de 70 años, fueron víctimas de un «secuestro sistemático» por parte del gobierno colonial. Este crimen, ocurrido entre 1948 y 1953, consistió en separar a las niñas de sus madres y enviarlas a instituciones católicas debido a su ascendencia mestiza.
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La sentencia fue dictaminada como un hito en la lucha por la justicia. Michèle Hirsch, abogada de las mujeres, calificó el fracaso como “una victoria histórica”, destacando que es la primera vez que Bélgica es condenada por crímenes de lesa humanidad relacionados con su pasado colonial. Las cinco mujeres, entre ellas Monique Bitu Bingi y Noëlle Verbeken, expresan alivio y gratitud por la decisión, que finalmente reconoce la brutalidad de la política de separación forzada implementada por Bélgica en el Congo.
El tribunal de apelación revocó una decisión anterior que había favorecido al gobierno belga, y señaló que el acto de expulsión y segregación de las niñas constituyó una persecución y un crimen contra la humanidad, de acuerdo con el estatuto del Tribunal de Nuremberg. Como resultado, el Estado belga deberá pagar a cada una de las mujeres 50.000 euros en compensación por los daños causados, además de más de un millón de euros en costos legales.
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El proceso judicial ha sido largo, y las mujeres que sobrevivieron a esta traumática experiencia lucharon durante años por obtener justicia. Durante su estancia en las instituciones católicas, fueron tratadas como “hijas del pecado” y se les negó su identidad y derechos fundamentales. Esta política, iniciada por el rey Leopoldo II y continuada durante el periodo colonial belga, afectó a miles de niños mestizos, quienes fueron despojados de sus vínculos familiares y sometidos a condiciones de vida precarias.
Fuente: The Guardian
Foto: AP