Aquí te presentamos algunas razones por las cuales deberías intentarlo, y te compartimos dos recetas deliciosas y sin sal.
Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares: El exceso de sal puede aumentar la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Cocinar sin sal puede ayudar a reducir el consumo de sodio y mejorar la salud del corazón.
Permite disfrutar de los sabores naturales: Al cocinar sin sal, se pueden experimentar los sabores naturales de los ingredientes y descubrir nuevas combinaciones de sabores. Además, se pueden utilizar especias, hierbas frescas y cítricos para añadir sabor y aroma a los platos.
Favorece la digestión: La comida con demasiado sodio puede causar retención de líquidos y malestar estomacal. Al cocinar sin sal, se evita este problema y se favorece una digestión más saludable y cómoda.
Ayuda a controlar la hipertensión: Cocinar sin sal es especialmente recomendado para las personas con hipertensión, ya que reduce la ingesta de sodio y ayuda a controlar la presión arterial. Incluso se pueden encontrar alternativas a la sal, como el vinagre o el limón, que añaden sabor sin incrementar el sodio en la dieta.
A continuación, te presentamos dos recetas sin sal para disfrutar en tus comidas diarias:
Ensalada de pollo y palta: Para esta ensalada, necesitarás pechuga de pollo cocida, palta, tomate, lechuga y un aderezo hecho con aceite de oliva, vinagre y mostaza. Podés sazonar con pimienta negra y cebolla picada para añadir un toque de sabor extra.
Pescado al horno con limón y hierbas: Colocá un filete de pescado en un papel de aluminio y añade rodajas de limón, tomillo fresco y romero. Cerré el papel de aluminio y horneá a 200 grados durante 15-20 minutos. El resultado será un pescado jugoso y lleno de sabor sin necesidad de añadir sal.