Dueño de un apellido ilustre y un estilo muy similar al de su padre, Walter «El Terrible» Matthysse, el joven de 22 años salió a someter a su oponente sin contemplaciones con golpes al cuerpo y también a la cabeza.
Fue un voleado de zurda que rozó la sien y el oído de Cano el que terminó con el desigual combate. El de General Villegas besó la lona y escupió el bucal en el mismo momento en que su rincón arrojaba la toalla.
El boxeador de las Mil Viviendas, que tiene como entrenador su tío Mario Narváez, esposo de Soledad Matthysse y hermano del legendario Omar Andrés Narváez, pudo concretar así el debut como profesional que se había truncado el mes pasado en Brasil porque pocos días antes se contagió de coronavirus.
El ex campeón juvenil amateur del Consejo Mundial de Boxeo se mostró mesurado, controló su festejo e incluso cruzó palabras y gestos con Cano antes del fallo oficial.