Desde la implementación del nuevo protocolo migratorio, se redujo drásticamente la presencia de mujeres haitianas en centros de salud. Organismos internacionales denuncian violaciones al derecho a la salud.
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La afluencia de haitianos, especialmente mujeres embarazadas, a los hospitales de Santo Domingo ha disminuido de forma abrupta desde que el Gobierno dominicano comenzó a exigir documentos de identidad en los centros de salud públicos. La medida, impulsada el lunes pasado por la Dirección General de Migración, forma parte del endurecimiento de las políticas contra la inmigración irregular desde Haití.
En la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, la principal del país, el personal confirmó a EFE la baja en la asistencia de pacientes haitianas. La presencia de efectivos policiales y personal migratorio en las entradas refuerza la nueva política, y se ha dispuesto incluso un autobús escolar para trasladar a mujeres sin documentación al centro de detención de Haina, a unos 20 kilómetros de la capital.
Entre las detenidas se encuentra una adolescente embarazada de 14 años, nacida —según afirma— en República Dominicana, pero de ascendencia haitiana. Pese a presentar su carta de nacimiento, fue subida al autobús para ser verificada en el sistema migratorio junto a otra menor embarazada, también con nacionalidad discutida.
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El protocolo, que ya se aplica en 33 hospitales públicos del país, establece que se verifique el estatus migratorio de cada paciente. Aquellos sin documentos válidos o prueba de residencia son atendidos, pero luego deportados una vez estabilizados.
La medida generó un fuerte rechazo internacional. Amnistía Internacional solicitó su inmediata derogación, alegando que expone a los migrantes a violaciones de derechos humanos. “Asociar la atención médica con deportación deshumaniza y pone vidas en riesgo”, advirtió Ana Piquer, directora de AI para las Américas.
En paralelo, el presidente Luis Abinader reafirmó su postura y llamó a los haitianos en situación irregular a dejar el país voluntariamente. Desde la implementación de la política de deportaciones masivas en octubre pasado, más de 180.000 haitianos fueron expulsados de República Dominicana, pese a los graves niveles de violencia en Haití, donde en lo que va de 2024 ya han muerto más de 5.600 personas.
Fuente y foto: EFE