La indumentaria fue uno de los rubros más afectados, con una caída del 11,8%, mientras que las farmacias registraron un aumento del 8,9%.
Según el relevamiento de CAME, los hogares han mantenido su consumo en alimentos y bebidas y han comprado bienes duraderos, especialmente electrónicos, pero han evitado productos menos urgentes como indumentaria, calzado, decoración y textiles del hogar.
En marzo, las ventas minoristas crecieron un 1,5% anual, pero disminuyeron un 1,1% mensual a precios constantes.
A pesar de que los comerciantes se preocupan por los precios, especialmente por los precios de la carne, que subieron mucho en febrero y marzo, y por no poder trasladar todos los aumentos al precio de los productos, el mes dejó un saldo positivo.
Los grandes comercios aprovecharon las ofertas y promociones agresivas, lo que restó ventas a los almacenes de barrio.
Aunque las ventas de marzo han sido mejores que las de 2022, los comerciantes tienen preocupación por los precios, especialmente los de la carne, que han subido mucho en febrero y marzo, y la falta de financiamiento a más largo plazo y en cuotas sin interés ha comenzado a afectar la venta de muebles, que hasta ahora venía en positivo.
Fuente: CAME