Lisandro Díaz Beltrán, un cardiocirujano graduado en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), fue el médico principal en un equipo de nueve profesionales que implementaron una intervención para corregir una malformación congénita en una paciente de ocho meses.
La paciente, una niña de 8 meses con una malformación conocida como «comunicación interventricular», fue intervenida quirúrgicamente para cerrar un pequeño orificio en el tabique interventricular del corazón.
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Díaz Beltrán, uno de los 30 cirujanos cardiovasculares pediátricos en el país, explicó que la cirugía, realizada de manera poco convencional, combinó la exposición convencional del corazón con la intervención hemodinámica para cerrar el defecto.
El cardiocirujano, con formación internacional en España, Francia y San Pablo, destacó la complejidad del caso, señalando que la ubicación anatómica desfavorable requería un enfoque combinado para el cierre del defecto cardíaco.
Durante el procedimiento, se preparó el corazón del bebé para una posible asistencia circulatoria de emergencia, ingresando por el ventrículo derecho para cerrar el defecto con una técnica cuidadosamente guiada.
FUENTE: Diario hoy.