Un 27,3% de la población en América Latina vive en situación de pobreza, un descenso respecto a 2020, aunque la desigualdad sigue siendo elevada, informó la Cepal en su nuevo informe social.
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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha dado a conocer este martes en Santiago de Chile los datos de su informe «Panorama Social 2024,» el cual revela que la pobreza en la región ha descendido a niveles similares a los de 2014. El reporte señala que el 27,3% de la población en América Latina estuvo en situación de pobreza en 2023, un descenso de 1,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, y de más de cinco puntos respecto a 2020, el año de mayor impacto de la pandemia.
La baja en la tasa de pobreza, que abarca a siete de los 12 países evaluados, se debe en gran parte a políticas de transferencias sociales no contributivas, especialmente en Brasil. La Cepal resalta que si la pobreza en Brasil no hubiera disminuido, la tasa regional habría alcanzado el 28,4%. No obstante, la pobreza extrema sigue siendo un desafío, con un 10,6% de la población afectada en 2023, apenas 0,5 puntos menos que el año anterior y aún por encima del nivel de 8,6% registrado hace diez años.
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A pesar de esta reducción, la desigualdad sigue siendo una preocupación central en la región. El secretario general de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó que el índice de Gini apenas disminuyó de 0,471 a 0,452 entre 2014 y 2023, evidenciando una reducción de tan solo el 4%. La inequidad de ingresos, un mercado laboral poco dinámico y altos niveles de inflación agravan las condiciones de los hogares en situación de vulnerabilidad, quienes enfrentan mayores dificultades para acceder a la protección social.
El informe hace un llamado a aumentar la inversión en programas de protección social no contributiva. Según la Cepal, los países deberían destinar entre el 1,5% y 2,5% del PIB, o entre el 5% y 10% del gasto público, para mitigar los efectos de la pobreza y la desigualdad. En 2022, el gasto promedio en esta área apenas alcanzó el 0,8% del PIB, muy por debajo de lo recomendado por el organismo.
Salazar-Xirinachs alertó sobre la necesidad de abordar no solo la desigualdad de ingresos, sino también la desigualdad de género y la crisis de cuidados, problemas que siguen afectando a los sectores más vulnerables de la población. “Uno de cada tres hogares en el quintil más bajo de ingresos carece de acceso a la protección social”, enfatizó, destacando la urgencia de avanzar hacia un modelo de desarrollo más inclusivo en Latinoamérica.
Fuente: El País
Foto: Archivo