El éxito de China en la fabricación de vehículos eléctricos (VE) ultrabaratos, que hace tambalear a la industria automotriz global, ahora también inquieta a su propio gobierno.
El fuerte recorte de precios iniciado por BYD, el mayor fabricante chino de VE, ha desencadenado una feroz competencia que amenaza con desestabilizar el mercado interno. El modelo Seagull, por ejemplo, se vende a tan solo 7.700 dólares, un precio que enciende alarmas incluso dentro del Partido Comunista.
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El Ministerio de Industria chino advirtió que esta guerra de precios puede dañar el desarrollo tecnológico y poner en riesgo la seguridad de los productos. A su vez, medios oficiales alertaron sobre el peligro de que los autos de bajo costo y calidad deterioren la imagen del sello «hecho en China». En paralelo, líderes empresariales como Wei Jianjun, presidente de Great Wall Motor, advirtieron que el sector enfrenta una burbuja similar a la del colapsado mercado inmobiliario.
Con 115 marcas compitiendo en el mismo rubro, solo unas pocas —como BYD— logran obtener ganancias. El resto lucha por sobrevivir en un contexto de exceso de capacidad y márgenes cada vez más delgados. Esta dinámica refleja los desafíos de una economía china que intenta dejar atrás su modelo basado en la oferta y avanzar hacia una estructura más equilibrada y sostenible.
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La situación también tiene efectos globales. En 2024, BYD superó a Tesla en ventas de vehículos eléctricos en Europa, pese a los altos aranceles impuestos por la Unión Europea. Además, la compañía proyecta que para 2030 más de la mitad de sus autos se vendan en el exterior, con Latinoamérica y Europa como mercados clave. Esta expansión acelera la preocupación de gobiernos que ven amenazada su industria automotriz por la sobrecapacidad exportadora de China.
Mientras tanto, los proveedores chinos enfrentan recortes de precios forzados, lo que podría derivar en despidos y menor consumo interno. Paradójicamente, esta presión coincide con el intento del gobierno de reactivar el mercado doméstico. Así, la guerra de precios no solo amenaza la salud de la industria automotriz china, sino que se proyecta como una fuente de nuevas tensiones económicas internacionales.
Fuente: Infobae.
Foto:China Daily vía REUTERS