La política peruana Keiko Fujimori se sentó en el banquillo en la apertura del juicio por lavado de activos dentro del escándalo Odebrecht, por el que podría ser condenada a hasta 30 años de prisión. La fiscalía de Perú acusa a Fujimori de financiar sus campañas presidenciales de 2011 y 2016 con dinero de sobornos de la constructora brasileña.
Durante seis años, el equipo especial de fiscales «Lava Jato» investigó a la hija del expresidente Alberto Fujimori, quien fue indultado en diciembre de 2023 tras cumplir una pena por violaciones de derechos humanos. La jueza Juana Caballero presidió la primera audiencia, en la que se desestimaron varios pedidos de nulidad del juicio.
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El juicio continuará este martes con la presentación de los alegatos de la fiscalía. En el proceso están citados más de 1.500 testigos, lo que podría extender la duración del juicio por más de un año. El fiscal José Domingo Pérez, quien lidera el caso, asistió a la audiencia con chaleco antibalas y fuerte resguardo.
La fiscalía peruana concluyó que Fujimori financió sus campañas de 2011 y 2016 con 1,2 millones de dólares provenientes de Odebrecht, que no fueron declarados. Este caso ha salpicado a varios expresidentes peruanos, entre ellos Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala, Alan García y Alejandro Toledo.
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Keiko Fujimori, de 49 años y líder del partido Fuerza Popular, siempre ha proclamado su inocencia. Durante las investigaciones, cumplió 16 meses de prisión preventiva. Está imputada por lavado de activos, crimen organizado, obstrucción a la justicia, falsedad y declaración falsa en un procedimiento administrativo.
FUENTE: DW
FOTO: AP.