El Gobierno nacional avanza con un proyecto de reforma impositiva clave: el llamado “súper-IVA”. La iniciativa, respaldada por el Fondo Monetario Internacional, busca simplificar el sistema tributario argentino al fusionar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) con los Ingresos Brutos (IIBB) que actualmente cobran las provincias.
La nueva estructura sería administrada por la Agencia Federal de Recaudación (ARCA), ex-AFIP, que se encargaría de cobrar el tributo y redistribuirlo entre las provincias según las alícuotas locales. Aunque no se contempla una reducción del 21% actual del IVA ni de las tasas provinciales, el proyecto promete una mayor eficiencia y menores costos para los contribuyentes.
La medida pretende reducir las más de 130 tasas vigentes en el país a no más de 20, un reclamo histórico del sector privado. El Presidente Javier Milei apuesta a que esta simplificación tributaria se convierta en uno de los pilares de su gestión económica, aunque sabe que necesita el aval del Congreso que surja tras las elecciones de octubre.
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Sin embargo, el plan genera fuerte resistencia entre los gobernadores, quienes temen perder el control sobre una de sus principales fuentes de financiamiento. Muchos de ellos ya comenzaron a coordinar una respuesta conjunta para frenar el avance de la iniciativa en el ámbito legislativo.
Ingresos Brutos, considerado por expertos como un impuesto regresivo y obsoleto, fue introducido en 1977. A pesar de múltiples intentos por eliminarlo, sigue siendo una fuente vital de ingresos para las provincias. Su fusión con el IVA podría modernizar el sistema, pero también alterar profundamente la relación fiscal entre Nación y provincias.
Fuente: Perfil.