«Nunca había visto algo así» en 20 años tratando a víctimas de traumas, declaró Renana Eitan, directora del servicio psiquiátrico del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv (Ichilov). «El abuso físico, sexual, mental y psicológico de los rehenes que regresaron es terrible», añadió, en declaraciones que recoge la agencia AFP.
El centro recibió a 14 rehenes liberados por Hamas. Algunos reportaron que fueron drogados, incluyendo con lo que los médicos creen que eran benzodiazepinas, medicamentos psicotrópicos con efectos sedantes.
«Querían controlar a los niños. (…) Saben que si los drogan estarán callados», explicó. «A una de las niñas le administraron durante unas semanas ketamina», un potente anestésico disociativo conocido por provocar una sensación de desvinculación con el entorno.
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Otros antiguos rehenes afirmaron haber sido atormentados psicológicamente por sus captores, según Eitan. A uno le dijeron que su mujer estaba muerta, cuando en realidad seguía viva en Israel.
Los niños fueron separados de sus familias y obligados a ver «videos brutales», y otra paciente aseguró que ella y otros estuvieron en total oscuridad durante más de cuatro días. «Se volvieron psicóticos, tuvieron alucinaciones», declaró Eitan.
Algunos de los que regresaron declararon desde entonces tener pensamientos suicidas, afirmó.
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Algunos rehenes liberados siguen experimentando estados disociativos, aseguró Eitan. «A veces saben que están en el centro médico Ichilov, y de repente piensan que volvieron con Hamas».
La directora afirmó que las consecuencias para la salud mental son alarmantes. Se espera que cerca del 5% de la población israelí -unas 400.000 personas-, sufra algún síntoma de trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Fuente: Télam