Mientras el INDEC informó un crecimiento interanual del 5,7% en febrero, consultoras privadas advierten por una desaceleración en marzo, caída en el consumo y malestar industrial por nuevas medidas.
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El panorama económico argentino volvió a mostrar signos contradictorios. Según el INDEC, la actividad económica creció en febrero un 5,7% interanual y un 0,8% respecto a enero, generando expectativas positivas en algunos sectores. Sin embargo, datos preliminares de marzo relevados por la consultora LCG alertan sobre una posible desaceleración, vinculada a la incertidumbre cambiaria que se intensificó en ese mes.
El informe de LCG, dirigido por Javier Okseniuk, señala que marzo reflejó una caída en la recaudación de impuestos clave como el IVA y los débitos y créditos bancarios. También se observó un retroceso del 9,3% en las importaciones de bienes de consumo, lo que cortó una racha de tres meses consecutivos de recuperación. La confianza del consumidor se desplomó al nivel más bajo desde septiembre de 2024, y las ventas de bienes durables profundizaron su caída.
Según la consultora, se proyecta un crecimiento anual del 5% para 2025, aunque advierten que será “débil y errático”, afectado por el reacomodamiento de precios relativos y limitado a pocos sectores. Para el período punta a punta, se estima un crecimiento del 3%.
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En paralelo, los datos de consumo masivo tampoco resultan alentadores. Un informe de Nielsen IQ mostró que en marzo el consumo cayó un 0,3% interanual. El rubro más afectado fue el de bebidas, con una baja del 2,7%, especialmente en bebidas alcohólicas (-10%). Los alimentos básicos también registraron una disminución del 4,5%, aunque alimentos no esenciales como golosinas y snacks lograron leves subas.
En contraste, el segmento de cuidado personal y limpieza mostró un crecimiento del 4,1%, siendo el único rubro con una recuperación significativa.
En el plano industrial, crecen las críticas por la decisión del Gobierno de facilitar la importación de maquinaria usada. La medida, formalizada por el Decreto 273/2025, elimina el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) y reduce controles técnicos, lo que generó rechazo de sectores industriales.
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Tanto ADIMRA como la Fundación Pro Tejer alertaron sobre el impacto negativo en la industria nacional. “Esto habilita una competencia desleal y favorece la entrada de tecnología obsoleta, afectando el empleo y la producción local”, denunciaron.
Desde el sector textil y metalúrgico piden que la norma sea revisada y reemplazada por políticas que promuevan la modernización industrial, protegiendo el entramado productivo argentino y sus capacidades desarrolladas durante décadas.
Fuente: Ámbito Financiero
Foto: Archivo