A partir del próximo viernes, y en principio por un mes, Portugal volverá a un confinamiento general similar al que vivió la pasada primavera, aunque esta vez mantendrá todos los centros educativos abiertos, en el marco de la pandemia de coronavirus.
La medida, que se venía avanzando desde hace una semana, fue aprobada hoy en consejo de ministros y anunciada en rueda de prensa por el primer ministro luso, António Costa, frente a la pandemia en Portugal, que hoy superó en total el medio millón de casos, , indicó la agencia Efe.
«La regla es simple: cada uno de nosotros tiene que quedarse en casa», insistió Costa, que lamentó que Portugal vuelve «adonde estaba en abril».
Los portugueses deberán permanecer en casa excepto para actividades esenciales como trabajar, comprar alimentos o medicamentos, acudir al médico, asistir a ancianos o realizar pequeños paseos o deporte al aire libre, señaló Efe.
A estas excepciones se añadirá el día 24 de enero la libertad de movimiento para acudir a votar en las elecciones presidenciales.
El teletrabajo será obligatorio siempre que sea posible y cerrará todo el comercio que no sea esencial -permanecerán abiertos alimentación y farmacias, principalmente-, y la restauración sólo podrá operar con entregas a domicilio y para llevar.
También cerrará el sector cultural y los gimnasios, pero se mantienen las ceremonias religiosas, los servicios públicos presenciales con cita previa, la liga profesional de fútbol y equivalentes -sin público- y siguen abiertos los tribunales, así como los consultorios y los dentistas.
Portugal superó hoy el medio millón de casos de Covid-19, en una jornada en la que se notificaron 10.556 contagios y 156 fallecidos, nuevos máximos de toda la pandemia.