El ministro de Infraestructura, Rubén Etcheverry, recibió a una delegación de empresarios japoneses de la empresa Marubeni S.A. que mostraron su interés en comprar amoníaco producido por la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito. Esta potencial operación comercial podría impulsar la reactivación de la planta, que actualmente tiene su producción detenida desde 2017 debido a la falta de demanda de agua pesada.
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Los empresarios japoneses, liderados por Yasuhiro Aoto, director del área química para Sudamérica, y Hiroshi Kamada, presidente de Marubeni en Argentina, manifestaron su disposición a firmar una carta de intención para adquirir toda la producción de amoníaco de la PIAP. Esta materia prima es clave para la producción de urea, un fertilizante hidrogenado de gran demanda en el mercado latinoamericano, donde se importan más de cinco millones de toneladas al año.
La PIAP, propiedad de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), ha llevado a cabo estudios técnicos que avalan la posibilidad de reconvertir parte de sus instalaciones para la producción de amoníaco. Según el gerente general de ENSI, Alexander Berwyn, con la inversión necesaria, la planta podría llegar a producir un millón de toneladas de fertilizantes, lo que representaría una solución a la dependencia de importaciones en la región.
Construida en la década de los 90 con una inversión inicial de 1.000 millones de dólares, la PIAP fue diseñada originalmente para producir agua pesada, utilizada en centrales nucleares. Sin embargo, ante la baja demanda, la planta dejó de funcionar en 2017. La posibilidad de producir amoníaco abre una nueva etapa para la planta, que podría reactivar su producción y generar nuevos ingresos para la provincia de Neuquén.
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El gobierno neuquino ha mantenido múltiples reuniones con el gobierno nacional para buscar apoyo en la reactivación de la planta. Con la llegada del interés internacional, especialmente de Marubeni, se espera que la PIAP pueda readecuarse y comenzar a producir amoníaco, lo que implicaría una inversión millonaria, pero con grandes beneficios para la economía local.
Fuente: Noticias Argentinas.
Foto: Más Energía.