Investigadores estadounidenses identificaron una nueva forma cristalina de carbono que desafía al diamante como el material más duro, revolucionando la comprensión de la materia.
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Por décadas, el diamante fue considerado el material más duro conocido por la humanidad. Sin embargo, un hallazgo reciente cambió esta percepción: el BC8, una forma cristalina de carbono, supera en un 30% la resistencia a la compresión del diamante tradicional. Este descubrimiento fue realizado por un equipo del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) y de la Universidad del Sur de Florida (USF), quienes utilizaron avanzadas simulaciones computacionales para identificar sus propiedades únicas.
El BC8 destaca por su estructura tetraédrica, similar a una pirámide con base triangular, y la ausencia de planos de clivaje que debiliten su composición. Estas características lo convierten en un material excepcionalmente resistente. Según el estudio, esta forma cristalina podría formarse naturalmente en exoplanetas ricos en carbono, donde las extremas condiciones de presión y temperatura favorecerían su desarrollo.
El hallazgo fue posible gracias al superordenador Frontier, ubicado en el Oak Ridge Leadership Computing Facility, que permitió simular la interacción de miles de millones de átomos de carbono bajo condiciones extremas. Estas simulaciones determinaron que el BC8 puede existir de manera estable, algo que era solo una especulación desde los años 80.
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El coautor del estudio, Ivan Oleynik, explicó que comprender las propiedades del BC8 es crucial para desarrollar modelos precisos de los interiores de exoplanetas. Además, destacó que la eficiente implementación de simulaciones computacionales en GPUs avanzadas permitió observar el comportamiento del carbono en escenarios que antes eran inaccesibles.
El descubrimiento del BC8 abre puertas a nuevas investigaciones sobre aplicaciones potenciales de este material, que podría revolucionar industrias que demandan estructuras extremadamente resistentes. Mientras tanto, el estudio de sus propiedades y formación continúa, marcando un hito en el uso de supercomputadoras para comprender la materia bajo condiciones extremas.
Fuente y foto: Ámbito Financiero