La combinación de queso y dulce, popular en las mesas argentinas, tiene una interesante historia que conecta con la tradición y la cultura local.
El postre vigilante, una combinación clásica de queso y dulce, tiene sus raíces en las costumbres alimentarias argentinas. Según el historiador Daniel Balmaceda, el gusto por el dulce está profundamente arraigado en la tradición del país, y una de las combinaciones más icónicas es la de dulce de membrillo con queso.
La historia de este postre se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando Carlos Noel producía dulce de membrillo en su planta industrial. La tradición de acompañar el dulce con queso, sin embargo, proviene de antiguas costumbres del norte de Argentina, como el quesillo con dulce de cayote.
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El nombre vigilante habría surgido en una fonda de Palermo en la década de 1920. Se cuenta que el postre, sencillo y fácil de comer, se hizo popular entre los policías de una comisaría cercana, quienes lo disfrutaban durante sus rondas sin la necesidad de usar cubiertos. De ahí, el nombre postre vigilante se extendió a la tradicional combinación.
Sin embargo, Balmaceda ofrece otra explicación. Para él, es probable que el nombre se originara porque, debido a sus bajos salarios, los policías elegían este postre económico en las cartas de los restaurantes.
Ya sea que prefieras acompañarlo con dulce de batata o membrillo, el vigilante sigue siendo uno de los postres más queridos en Argentina.
Fuente: Cucinare.
Foto: TN.