Este jueves, Estados Unidos y Rusia proclamaron el fin del tratado bilateral de la época de la Guerra Fría (firmado en aquel entonces por la Unión Soviética) considerado un pilar del control de las armas nucleares.
En este sentido, tanto Washington como Moscú se responsabilizaron por el fin del tratado INF, por sus siglas en inglés, firmado por el presidente Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov en 1987 para eliminar los misiles nucleares de medio y corto alcance.
Según Estados Unidos, Rusia ha estado desarrollando y emplazando armas que violan el tratado y que amenazan no sólo sus intereses sino también a sus aliados, en especial en Europa.
“Rusia es la única responsable de la muerte del tratado”, dijo el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, 6 meses después de denunciar el pacto por la negativa de Moscú de destruir un misil de crucero, el 9M729, que según Washington lo viola.
En Moscú, en tanto, la Cancillería rusa dijo en un comunicado que el INF dejó de existir este jueves “por iniciativa” de Estados Unidos, luego de que el presidente Vladimir Putin también denunciara el pacto en febrero.
En tanto, la OTAN se alineó con Washington, y no sólo acusó a Rusia por el fin del tratado sino que prometió responder “de manera medida y responsable al significativo riesgo que el misil ruso 9M729 constituye para la seguridad de la Alianza” atlántica de 29 países.
Con el INF muerto, Estados Unidos es libre de desarrollar armas hasta ahora prohibidas, y el Pentágono ya ha pedido al Congreso que apruebe para 2020 un presupuesto de 10 millones de dólares destinado a esto precisamente.
De hecho, el gobierno del presidente Donald Trump se apresta a probar una de esas armas en las próximas semanas, informó la cadena CNN.
Activistas temen que la salida de Estados Unidos del INF empuje a ambas naciones a eliminar también el pacto aún más importante New START, que expira en 2021 y que ahora es el único acuerdo de control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia.
A lo largo de su vida, el tratado INF permitió la eliminación de 2.692 misiles balísticos terrestres o de crucero nucleares y convencionales.
Hasta su expiración, el INF prohibió a los dos países fabricar, desplegar o realizar pruebas de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Fuente: RT / EFE / Télam