La pequeña localidad de Pang, en Alemania, vibró este domingo con el 64º Campeonato Alemán de fingerhakeln, el curioso y tradicional deporte conocido como “lucha de dedos”.
Unos 180 participantes, vestidos con pantalones cortos de cuero y tirantes bordados, compitieron por el ansiado premio mayor, en un evento que mezcla fuerza, estrategia y una pizca de dolor.
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El fingerhakeln, popular en la región alpina de Alemania y Austria, tiene raíces históricas que se remontan al siglo XIX, cuando se utilizaba para resolver disputas locales. El deporte consiste en que dos hombres se enfrentan a ambos lados de una mesa, enganchan sus dedos medios a un pequeño lazo de cuero y, al escuchar la señal del árbitro, deben tirar con fuerza para arrastrar al rival hacia su lado.
Los duelos, que apenas duran unos segundos, son intensos y pueden derivar en dedos dislocados o ensangrentados. Para evitar accidentes graves, asistentes especiales se colocan detrás de cada competidor, preparados para sostenerlos si pierden el agarre y salen despedidos hacia atrás.
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El ambiente en Pang fue de auténtica celebración de la tradición bávara. Los concursantes, vestidos con el típico tracht, defendieron con orgullo su técnica y resistencia en una jornada donde la destreza manual y el espíritu competitivo se vivieron a flor de piel.
Aunque el fingerhakeln es un deporte exclusivamente masculino, la pasión que despierta sigue intacta entre generaciones. Más allá de la competencia, la jornada fue una fiesta de identidad cultural que sigue fortaleciendo los lazos comunitarios en el corazón de Baviera.
Fuente: AP.
Foto: Matthias Schrader – AP