Del barrio a héroe: El arquero que sueña despierto

No ataja por casualidad. El día que debutó en el arco de la escuelita de fútbol de Tablada contuvo un penal. Jorge «Fatura» Broun jugaba de volante en los potreros del barrio, cerca de la Torre 8 del Fonavi, en la zona sudeste de Rosario, pero como a los cuatro años le descubrieron un soplo cardíaco y su mamá se asustó tanto que le pidió al técnico de la escuelita de fútbol que fuera al arco para evitar riesgos.

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«Vino bien porque el que atajaba en ese momento cuando le hacían un gol festejaba con los rivales. Es más, tengo el recuerdo que en el primer partido que atajé: tapé un penal. Y ahí quedé», declaró «Fatura» en noviembre de 2021.

En su adolescencia era «El loco de la Torre 8» hasta que heredó el apodo de su padre, un camionero que trabajaba en una fábrica de helados y que antes había vendido facturas con un canasto.

Primero fue «Faturita» y luego le quedó «Fatura», quien, cuando volvía en bicicleta de una práctica en las inferiores sufrió un robo en avenida Abanderado Grandoli y bulevar Seguí, cerca de su casa, y en la pelea padeció la fractura de un brazo.

Debutó en la primera de Central en el Clausura 2006, luego de la transferencia del pase del arquero Cristian Álvarez a Espanyol de Barcelona, cuando logró la titularidad luego de ser dos años suplente gracias a la confianza que le dio el entrenador Pablo «Vitamina» Sánchez.

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«Fatura» se destacó en los partidos contra Belgrano (Central ganó 1-0 en la ida y empató en un gol en la vuelta) de la Promoción 2008/2009, dirigido por Miguel Ángel Russo, con los que el equipo se salvó del descenso.

En esa etapa metió el primer gol en su carrera y se convirtió en el primer arquero en lograrlo en la historia de Central, cuando anotó de penal en un partido que le ganaron 2-0 a Independiente la noche de viernes 23 de octubre de 2009, en el Gigante de Arroyito.

«Fatura» sufrió una rotura de ligamentos cruzados de una rodilla el 27 de noviembre de 2009, cuando quiso salir con una gambeta contra Atlético Tucumán y se perdió el Clausura 2010, cuando Central jugó la Promoción y descendió de categoría.

Luego alternó entre la titularidad y el banco con la dirección técnica de Juan Antonio Pizzi y fue suplente de Mauricio Caranta en el equipo dirigido por Russo, que logró el ascenso el 19 de mayo de 2013, con goleada 3-0 a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, en «La Tacita de Plata».

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Su carrera lo alejó de Central desde 2013: jugó un año en Antofagasta de Chile, tres en Colón, tres en Ludogorest de Bulgaria y dos en el Gimnasia de Diego Maradona, con quien disfrutó de una amistad impensada.

Volvió a Central en 2021 con el «Kily» González y regresó al banco de suplentes cuando perdió el puesto con Gaspar Servio, el segundo arquero «canalla» que convirtió goles de penal en el club del barrio de Arroyito.

Con Tevez y con Russo también comenzó como suplente del «Loco» Servio y, finalmente, le ganó el puesto.

Anoche, después del duro empate sin goles con River en la semifinal en el Kempes de Córdoba, se erigió en la gran figura del partido al atajar los tres primeros penales: el primero a Enzo Díaz con el pie; el segundo a Agustín Palavecino, al medio, y el tercero al «Pity» Gonzalo Martínez, arrojándose hacia la derecha.

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«Pude disfrutar los penales, Tenía mucha confianza, mucha fe y por suerte se dio. En los penales es un poco de trabajo y un poco de intuición», declaró después del partido.

Así, desde aquel gran susto de su mamá a los cuatro años, que lo mandó al arco para siempre, «Fatura» pasó de todo en su extensa carrera en Central, donde fue suplente durante años, sufrió graves lesiones y el descenso hasta ganar clásicos y convertirse anoche en la gran figura del equipo que venció 2-0 a River en los penales y se clasificó a la final de la Copa de la Liga.

Y, si no, que lo cuente «Fatura», el Loco de la Torre 8, que a los 37 años, como el mundo Central, sueña despierto con el título: «Estoy por jugar una final con el que equipo del que soy hincha. Vengo esforzándome toda la vida, desde los nueve años que estoy en el club, y lo disfruto».

Fuente: Miguel Pisano (Télam).

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