En las últimas décadas, la pubertad ha comenzado a manifestarse a edades más tempranas tanto en niños como en niñas. Un estudio de 2013 reveló que las niñas comienzan la pubertad casi un año antes que en 1977, y los niños también presentan este fenómeno, aunque con menos claridad.
Este adelanto en el desarrollo físico y hormonal puede deberse a varios factores, como el sobrepeso, el estrés, el cambio en los estilos de vida durante la pandemia, y la exposición a sustancias químicas y hormonales en el entorno.
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Durante la pandemia, muchos niños experimentaron una pubertad prematura, un fenómeno vinculado al aumento de la obesidad y el sedentarismo. Investigaciones muestran que el tejido adiposo produce leptina, una hormona que acelera el inicio de la pubertad. Además, el cambio en el ritmo día-noche y la exposición prolongada a pantallas, con su luz azul, podrían haber influido en este proceso.
Otro factor clave es la exposición a sustancias químicas como pesticidas o plastificantes, que pueden imitar la actividad hormonal. También se ha señalado el uso de productos con aceites esenciales y el consumo de productos de soja, los cuales pueden tener un impacto en el equilibrio hormonal, aunque no se ha comprobado su influencia directa en el inicio de la pubertad.
Fuente: DW.
Foto: AP.