Foto: Gareth Fuller/empics/picture alliance (www.dw.com).
Los huesos guardan más secretos de lo que podrías imaginar. Un reciente estudio revela que el consumo de tabaco deja huellas moleculares que perduran siglos después de la muerte.
Un reciente estudio de la Universidad de Leicester ha revelado que el consumo de tabaco deja huellas moleculares en los huesos que pueden persistir durante siglos después de la muerte. Publicado en Science Advances, este hallazgo proporciona nuevos conocimientos sobre la salud de las poblaciones del pasado y cómo el tabaquismo impactó sus vidas.
A new analysis of archaeological remains finds changes linked to tobacco usage in cortical bone.
This metabolic record makes it possible to identify tobacco use in individual remains even without visible markers. https://t.co/nfeyhtdZZB @SarahAInskip @TobacHistory pic.twitter.com/DhCtvgXN2n
— Science Advances (@ScienceAdvances) October 4, 2024
El proyecto, titulado «Tabaco, Salud e Historia», analizó restos óseos de 323 individuos provenientes del cementerio de St James’s Garden en Londres y de un cementerio rural en Barton-upon-Humber, Lincolnshire. Esta última ubicación es particularmente interesante, ya que incluye restos de personas que vivieron antes y después de la introducción del tabaco en Europa en el siglo XVI, ofreciendo así una línea temporal única para el estudio.
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Los investigadores, liderados por la Dra. Sarah Inskip, utilizaron técnicas avanzadas como la cromatografía líquida y la espectrometría de masas de alta resolución para identificar 45 características moleculares distintas en el hueso cortical. Estas diferencias permiten diferenciar los huesos de fumadores de los de no fumadores, revelando el impacto del tabaco en la estructura ósea. «Nuestra investigación demuestra que existen diferencias significativas en las características moleculares contenidas en los huesos de los antiguos consumidores de tabaco y de los no consumidores», explicó la Dra. Inskip.
Lo más sorprendente es que estas diferencias se mantienen incluso tras siglos de enterramiento. Este descubrimiento es valioso para la bioarqueología, ya que facilita la identificación de antiguos fumadores incluso en ausencia de las típicas señales dentales, como el desgaste o las manchas. Los investigadores ahora buscan entender cómo surgen estas diferencias y por qué el consumo de tabaco es un factor de riesgo para trastornos musculoesqueléticos y dentales.
Fuente: www.dw.com.