La ruptura interna del PRO quedó al desnudo en la última sesión de Diputados, donde la bancada mostró una fuerte división tanto en presencia como en los votos. Con solo 20 de sus 35 diputados presentes, el bloque no logró sostener una postura unificada frente al ajuste jubilatorio, generando incertidumbre sobre el futuro legislativo del oficialismo.
La situación se tornó crítica cuando nueve legisladores del PRO se abstuvieron y solo uno votó a favor del proyecto, mientras que otros tres directamente no participaron. La fragmentación expuso el deterioro del vínculo con el Gobierno, que ahora observa con preocupación la posible disolución del bloque que sostenía sus vetos.
Desde el PRO reconocen un “cansancio moral” y acusan falta de diálogo político. “Pasamos de garantizar gobernabilidad a suplicar que no cierren el Garrahan”, declaró un legislador. Parte del espacio ya migró a La Libertad Avanza y otros buscan construir una tercera vía.
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En paralelo, Cristian Ritondo y Diego Santilli negocian con Karina Milei una estrategia común en Buenos Aires, mientras crece el escepticismo sobre mantener el bloque unido. Un diputado estimó que una ruptura formal no llegaría antes de 2026, pero admitió que las diferencias ya son insostenibles.
Para el Gobierno, la amenaza más inmediata es legislativa. Si el Senado aprueba las leyes que aumentan las jubilaciones y se concreta el veto presidencial, será clave mantener los “87 héroes” para bloquear los dos tercios que necesita la oposición para insistir.
El escenario es incierto y los votos se cuentan uno por uno. Con gobernadores presionando y elecciones provinciales en el horizonte, la unidad parlamentaria que sostenía a Milei comienza a desdibujarse en un Congreso cada vez más fragmentado.
Fuente: Infobae.