Dormir no solo repara el cuerpo: también potencia la mente creativa. Así lo sugiere un reciente estudio publicado por la revista PLOS Biology, donde un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Hamburgo comprobó que dormir apenas 20 minutos podría ser suficiente para alcanzar el ansiado «momento eureka».
El hallazgo, basado en el monitoreo de la actividad cerebral de 90 voluntarios, confirma lo que ya intuían genios como Leonardo da Vinci o Salvador Dalí: una siesta breve puede ser clave para destrabar ideas y resolver problemas.
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Durante el experimento, los participantes debían seguir patrones en una pantalla, sin saber que existía un truco oculto para resolverlos más fácilmente. Luego de dormir 20 minutos, el 70% de los que alcanzaron la fase N2 del sueño detectaron la solución, frente al 55% que no durmió. Según explicó la investigadora Anika Löwe, esta etapa del sueño promueve una mayor plasticidad cerebral, permitiendo nuevas conexiones neuronales y favoreciendo el pensamiento no lineal.
El análisis no se centró en las fases tradicionales del sueño, como REM, sino en la actividad aperiódica, ese “ruido de fondo” eléctrico que parece ser crucial para la reorganización mental. Este enfoque innovador puede abrir nuevas puertas en el estudio del pensamiento intuitivo y los procesos creativos, donde aún quedan muchas incógnitas por despejar.
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Los resultados se suman a investigaciones anteriores que también vincularon las microsiestas con mejores resultados en tareas cognitivas. Desde Dalí hasta Edison, varios artistas y científicos ya aplicaban estos breves descansos como herramienta de inspiración. Ahora, la ciencia comienza a explicar por qué funcionaban: el cerebro “resetea” conexiones irrelevantes durante el sueño y deja espacio para que surjan ideas nuevas.
Fuente: EL PAIS.
Foto: Westend61 (Getty Images/Westend61).