Casi todos los jeans tienen un bolsillo diminuto dentro del delantero derecho, y aunque hoy parezca meramente decorativo, su presencia tiene una historia fascinante. Lejos de ser un simple detalle estético, este pequeño espacio fue ideado para cumplir una función específica en un contexto muy distinto al actual.
El origen del llamado «watch pocket» se remonta a fines del siglo XIX, cuando Levi Strauss diseñó los primeros pantalones vaqueros para trabajadores del Lejano Oeste. En esa época, los hombres llevaban relojes de bolsillo sujetos con una cadena, y el pequeño compartimento ofrecía una protección eficaz durante las labores físicas en las minas o a bordo de diligencias.
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La idea era evitar que el reloj se moviera o sufriera daños. Su posición, adherida al cuerpo y más profunda que un bolsillo común, lo convertía en el sitio perfecto para este objeto tan preciado en aquel entonces. A medida que los relojes de pulsera fueron reemplazando a los de cadena, el bolsillo sobrevivió como parte del diseño clásico de los jeans.
Hoy, lejos de su función original, ese espacio reducido sigue vigente y encontró nuevos usos prácticos. Algunas personas lo emplean para guardar monedas, llaves, encendedores o tarjetas de transporte. Su tamaño compacto y ubicación estratégica lo hacen útil para llevar objetos pequeños de forma segura.
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Este guiño a la historia de la indumentaria demuestra cómo la moda puede preservar elementos del pasado adaptándolos al presente. El bolsillo chico del jean, más que un simple detalle, es una cápsula del tiempo que todavía cumple su propósito.
Fuente: TyC Sports.