El Senado de Estados Unidos, de mayoría republicana, confirmó el nombramiento de la candidata del presidente Donald Trump, Amy Coney Barrett, como nueva integrante de la Corte Suprema en el lugar dejado vacante por el reciente fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsburg.
La designación fue formalizada con 52 votos a favor y 48 en contra, y de ese modo quedó despejado el camino para que Barrett jurara el cargo en la Casa Blanca, informaron la televisora CNN en Español y la agencia de noticias AFP.
Detrás de su rival Joe Biden en los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre próximo, el mandatario republicano había designado a Barrett, una ferviente católica conservadora de 48 años, para suceder al ícono progresista y feminista Bader Ginsburg.
Trump contaba con la confirmación de Barrett para satisfacer a su base electoral. Será el tercer juez conservador que eleva durante su mandato a la máxima instancia judicial y fuente de jurisprudencia de Estados Unidos.
Los demócratas denunciaron la voluntad del presidente de llevar adelante una nominación tan fundamental -los jueces son nombrados de por vida-, tan cerca de la votación del 3 de noviembre, pero no tenían herramientas para frenarla.
Los republicanos tienen mayoría en el Senado, al menos hasta los comicios de noviembre, donde además del presidente, los estadounidenses renovarán también parte del Congreso.