El telescopio espacial James Webb marcó un nuevo hito al observar cinco cúmulos estelares en una galaxia que existió apenas 460 millones de años después del Big Bang. Este descubrimiento, liderado por la Universidad de Estocolmo y publicado en la revista Nature, podría representar los primeros cúmulos protoglobulares conocidos.
Desde su lanzamiento, el James Webb, una colaboración entre la NASA, la ESA y la agencia espacial canadiense, ha transformado la astronomía al permitir observar objetos fríos y lejanos, revelando secretos del universo primitivo. Su capacidad para operar en el infrarrojo le permite atravesar el polvo cósmico y observar estructuras antiguas.
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Yolanda Jiménez del Instituto de Astrofísica de Andalucía destacó que estos cúmulos son los más antiguos detectados y podrían ser precursores de los cúmulos globulares actuales de nuestra galaxia. Las lentes gravitacionales, como el cúmulo SPT-CL J0615−5746, jugaron un papel crucial al magnificar la luz de la galaxia arco de las Gemas Cósmicas.
Las observaciones del Webb revelaron cinco puntos compactos en el arco, duplicados simétricamente, indicando el poder de magnificación del cúmulo lente. José M. Diego del Instituto de Física de Cantabria señaló que estos cúmulos, de aproximadamente 1 parsec, son extremadamente densos, unas 1000 veces más que los cúmulos jóvenes del universo local.
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Estos hallazgos no solo aportan una escala temporal a la formación de cúmulos globulares, sino que también destacan la importancia de las Gemas en la reionización del universo temprano. Esta etapa crucial, entre 150 y 1000 millones de años después del Big Bang, vio la formación de las primeras estrellas y galaxias.
FUENTE: DW.
FOTOS: NASA.