La ciudad colombiana enfrenta un crecimiento preocupante del turismo sexual, con casos de explotación infantil que desafían a las autoridades locales.
El incremento del turismo sexual en Medellín ha generado alarmas entre las autoridades locales, especialmente después del reciente caso de un ciudadano estadounidense encontrado en un hotel del barrio El Poblado en compañía de dos niñas menores de edad. A pesar de las pruebas de presunto abuso, el sospechoso logró huir del país, dejando en evidencia la incapacidad de las autoridades para combatir la trata de personas y el abuso sexual infantil.
La Interpol emitió una circular azul contra el presunto abusador, Timothy Alan Livingston, acusado de explotación sexual de menores de edad. Según el Observatorio de Explotación Sexual Comercial De Niñas, Niños y Adolescentes (ESCNNA), en 2023 se reportaron 329 víctimas por delitos relacionados con la explotación sexual de menores en la ciudad.
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En respuesta a esta problemática, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ordenó la suspensión temporal del trabajo sexual en los alrededores de cuatro parques en El Poblado y redujo los horarios de establecimientos nocturnos en la zona. Sin embargo, estas medidas han generado controversia, especialmente entre los comerciantes del sector.
Valery P. Ramírez, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Antioquia, critica estas acciones, argumentando que criminalizan a las personas que ejercen el trabajo sexual de forma voluntaria y autónoma. Otros analistas advierten que estas medidas podrían empujar estas actividades a la clandestinidad, sin afectar realmente a las redes de proxenetas y tratantes de personas.
Para Tyler Schwab, representante de la ONG Libertas International, las medidas tomadas por las autoridades son positivas, pero también pide que los dueños de establecimientos de hospedaje sean responsables ante la ley.
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En medio de estas tensiones, Ramírez propone abrir un espacio de diálogo y escucha con los actores afectados para construir una agenda de acciones afirmativas que protejan y den garantías a las personas que ejercen actividades sexuales pagas.
Medellín se encuentra en una encrucijada, buscando recuperar su imagen de ciudad transformada, mientras enfrenta una realidad marcada por la explotación sexual, la trata de personas y el abuso de menores.
Fuente: Infobae