En la cita estarán por primera vez frente a frente todos los dirigentes del fútbol zonal. Sin celulares ni zoom ni ningún tipo de red social de por medio, tendrán la chance de dar a conocer sus opiniones, aquellas que una a una fueron dándose a conocer a través de Radio Sudaca 105.3 de Trelew y en la web de Radio 3 Cadena Patagonia.
Se escucharon y se leyeron palabras de dirigentes, entrenadores y hasta de algunos jugadores.
Repasando, el porcentaje más elevado se mostró resignado y manifestó que si el año ya no está perdido, pega en el palo. Esto, apelando a un término futbolero.
Los argumentos sobran por donde se los mire: salud, como prioridad; ya que el virus sigue estando y si bien hace varias semanas no han existido casos en nuestra zona, lamentablemente la posibilidad continua latente. Entonces y si bien ya AFA le puso fecha a la vuelta de los entrenamientos, se sabe que el riesgo de contagio que se corre sigue siendo demasiado grande.
Aun cuando cada club ponga en marcha y haga respetar todos los protocolos, nada ni nadie asegura que algo negativo pueda ocurrir. Mucha gente y de todas las edades en un mismo lugar, obliga a controlar cada detalle por parte de los dirigentes y miembros de todos los cuerpos técnicos.
Lógico que existen muchos más puntos para seguir detallando en el ámbito de la salud, pero en el propósito de no hacerlo más extenso, pasamos al aspecto económico.
Desde marzo que no existe actividad alguna en las instituciones. Y a puertas cerradas, nulos ingresos. Salvo la de algún socio comprensivo y encima pudiente en la sequía general, la recaudación llegó a un rojo tan desesperante, que logró hacer tambalear al más pintado. La pandemia no distinguió entre algunos y los otros. Y aunque el bote sigue navegando, lo cierto es que le entra agua por todos lados y ya no dan las manos para desagotarlo.
Así las cosas, se choca entre la urgente necesidad de reactivar al club, entre otros aspectos, haciendo fútbol, con la preocupante realidad de un virus dando vueltas por quién sabe dónde.
Pero el hacer fútbol significa pagarles a las personas que reanudarán sus tareas laborales y, como de costumbre, también, hacerse cargo de arbitrajes, seguridad y otras cuestiones propias de un juego oficial. Es decir, todo para seguir pagando y a la vista nada aparece como para recaudar. Porque hablar de la asistencia del público, por lo pronto al menos, es un punto que no genera debate alguno. Totalmente prohibido y quien sabe hasta cuándo. Ni hablar si existe una obligación gubernamental de tener que hacer el hisopado a cada jugador…
Resumiendo, porque los puntos incluso pueden ser más y además con un desarrollo más extenso, los dirigentes como quizás nunca antes deberán apelar a la sinceridad, total inteligencia, sublime solidaridad y no menos cuota de personalidad para afrontar y sostener la decisión que tomen.
Jugar algo dividido por zonas geográficas. Hacer jugar a todas las categorías o hacer una competencia solamente para las mayores. Arrancar un torneo más sobre fin de año y darle continuidad sin interrupciones, incluyendo todo el verano, con un respiro solamente en las fiestas.
Son algunas de las propuestas que seguramente se escucharán siempre considerando a aquellos que desean organizar un campeonato bajo cualquier circunstancia.
Y en el otro lado de la balanza, la ciertamente triste, drástica y dolorosa determinación, aquella que incluso ya han tomado en otras ligas del país, de dar por terminada la temporada 2020.
Demás está enumerar los puntos por los cuales podría llegarse a tomar tamaña y para nada sencilla determinación. Aunque a raíz de los hechos, hoy por hoy parece la decisión más viable.
Es más, de adoptarse, ningún dirigente deberá reprocharse ni el día de mañana arrepentirse, ya que el mundo todo está experimentando una situación única en su historia. Y ante semejante acontecimiento, cada postura hasta tozuda, puede costar algo más que un gasto o una pérdida económica. Hablamos de la salud. Nada menos que de la vida.
Los jugadores quieren hacer lo que tanto los apasiona, Los dts y sus profes quieren trabajar en lo que además aman. Y los dirigentes, solo ellos en su soledad, son los que tendrán a su cargo la menuda tarea de decidir por todos ellos y por la institución que representan. No quisiera estar en los zapatos de ninguno. Lo confieso. Pero hoy y quizás como pocas veces en la historia de nuestro fútbol, todos estamos en manos de ellos.
Que Dios los ilumine.
Héctor Fabián Araneda – Radio Sudaca 105.3 de Trelew