«Vine aquí, al lugar más cercano a la frontera, para decirles con grandes altoparlantes que deben seguir siendo fuertes y tener la seguridad de que hacemos todo lo que podemos», afirmó Shai Wenkert, cuyo hijo Omer, de 22 años, fue secuestrado cuando participaba en la fiesta rave Tribe of Nova, donde se concentró uno de los ataques de Hamas.
«Es muy importante para nosotros que sepan que movemos cielo y tierra» para que vuelvan, dijo Meirav Leshem Gonen, cuya hija de 23 años, Romi, fue secuestrada en la misma fiesta que Omer, según la agencia de noticias AFP.
«¡Acá estamos! ¡Estamos tan cerca de ti! ¡Te queremos tanto!», clamaron por los micrófonos los familiares de Itay Chen, de 19 años, quien es parte de la lista de rehenes identificada por el gobierno israelí.
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Algunas decenas de personas tomaron alternadamente la palabra frente a la barrera de separación con Gaza, bajo una bandera del colectivo de familiares de los rehenes que proclamaba: «Bring them home now» («Tráiganlos ahora a casa»).
Efrat Machikawa afirmaó que fue a «decirle a su tío que sus hijos están bien» y que lo esperan. Su familiar, Gadi Moses, de 79 años, fue secuestrado en el pequeño pueblo agrícola de Nir Oz, a tres kilómetros de la frontera.
Mientras los familiares y amigos de los rehenes se concentraban, desde Gaza se escuchaban ruidos de explosiones.
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La ciudad gazatí de Khan Yunis, en el sur del enclave, donde los enfrentamientos son diarios, está a menos de 10 kilómetros.
La respuesta de Israel, que prometió «aniquilar» a Hamas, dejó hasta el momento más de 23.000 muertos, una gran mayoría de ellos mujeres y niños, y una grave crisis humanitaria, con escasez de suministros esenciales y alrededor de 1,9 millones de personas (de un total de 2,3 millones que viven en el enclave) obligadas a abandonar sus hogares.
Fuente: Télam