En un restaurante de Núñez, una cajera fingió ser víctima de un asalto armado, pero una investigación reveló una trama delictiva elaborada.
La empleada, identificada como Estefanía L., fue procesada por hurto tras descubrirse que era cómplice en el robo de $1.138.000.
La Justicia determinó que el robo fue una puesta en escena coordinada con otros sospechosos, incluyendo a un exempleado del establecimiento.
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A través del análisis de filmaciones y comunicaciones telefónicas, se desentrañó la compleja red criminal que llevó a cabo el robo simulado.
La acusada, en su defensa, negó su participación y sostuvo que fue una víctima como los dueños del local.
FUENTE: La Nación.