«Voy a seguir ligado al fútbol y después de que pase la pandemia de coronavirus tomaré algunas decisiones al respecto, porque la experiencia que viví en ese año como director deportivo de Boca fue hermosa», aseguró en un «vivo» de Instagram quien también fuera campeón mundial Sub-20 en 2001 y campeón olímpico en los Juegos de Atenas 2004, con la camiseta de la Argentina.
«En todo ese tiempo crecí mucho y debo seguir haciéndolo, porque siempre digo que hay que aprender hasta el día que te mueras», advirtió el ex zaguero central, quien jugó en Inter, Roma, Genoa y Torino, todos de Italia.
Burdisso nació el 12 de abril de 1981 en la localidad cordobesa de Altos de Chipión, y allí incorporó un sentido solidario y altruista que lo llevó a participar de un vivo de Instagram para interactuar con Fadepac (Federación Argentina de Deportistas con Parálisis Cerebral), entidad que aglutina cuatro actividades paralímpicas como atletismo, boccia, fútbol 7 y natación, y en cuyo «espíritu y valores», según le refirió a su presidente, Gustavo Borro, se ve «reflejado».
«Si hay algo que aprendí en este año como director deportivo de Boca fue que en el fútbol hay un representante, que en este caso era yo, que elige al entrenador, pero debe estar pendiente de todo lo que rodea al equipo en particular y a la institución en general», remarcó.
«Y ahí te das cuenta que hay un equipo visible, que es el que sale a la cancha, y otro invisible, que es el que sostiene todo el proyecto deportivo. Este último es el que componen los que lustran los botines tanto como el que abre la puerta o paga el salario. Todos ellos son importantísimos porque así son las instituciones en Argentina, que son clubes sociales. Por eso digo que fue una experiencia hermosa la que viví en Boca como director deportivo y que atesoro para el futuro», destacó.
Durante esa gestión, que piensa continuar ejerciendo en otro lugar, posiblemente en Europa, porque tiene «39 años recién cumplidos y mucho por recorrer en este espacio», quien cosechara nueve títulos con la camiseta de Inter en certámenes italianos le dedicó mucho tiempo a las divisiones formativas boquenses, y tiene ideas claras al respecto.
«Los deportistas sufren presiones en todos los niveles y por eso la preparación psicológica va a ser fundamental en el futuro inmediato. Los futbolistas jóvenes piensan sus trayectorias como una carrera de 100 metros y en realidad es un maratón de 20 años. Por eso es fundamental elegir bien de quien rodearse», resaltó.
«Ahora hay muchos chicos que quieren tener todo en dos años y eso no es así. Después, las etapas de maduración varían según las personas. Pero la clave es la familia, porque es la que te educa y te sostiene. Ahora si te presiona para que llegues se te vuelve todo muy difícil», apreció.
Su experiencia en Europa la utilizó en Boca para darse cuenta rápidamente que en «todo el mundo, en las divisiones menores los padres presionan a los chicos. Eso pasa acá y en Italia donde estuve también. El fútbol no es una materia imposible, pero es clave que todos sepan interpretar sus roles».
«Y el futbolista debe tener aptitudes futbolísticas pero psicológicas también, para recuperarse así del error y poder convencer a sus técnicos en base al trabajo. Y después debe prepararse y estudiar, porque para mi la escuela no se negocia. Los chicos deben terminar el colegio secundario porque el día que crezcan en sus carreras, eso les va a demandar una exposición y necesitarán estar a la altura de ella», remarcó.
«El que está en el fútbol sabe que el jugador entrena poco, un par de horas por día, y tiene tiempo de sobra. Siempre lo decimos con otros jugadores ya retirados, que nosotros tendríamos que haber aprovechado ese espacio ocioso y estudiar en la universidad», reflexionó.
Burdisso señaló en ese aspecto a José Pekerman como su «gran referente», porque lo «marcó tanto dentro como fuera de la cancha», y en este último aspecto incluyó a «Marcelo Bielsa, Con ellos aprendí que estar en la selección es algo diferente, porque cuando uno ingresa en ella se convierte en un ejemplo, y debe comportarse de acuerdo con eso».
«El deporte es una selección natural y el futbolista tiene una formación selectiva, pero yo siempre tuve tendencia a analizar los procesos más que los resultados. Porque la gloria deportiva es algo supremo que a veces llega y otra no. Y uno no juega pensando en ella, porque alcanzarla debe ser un estímulo, pero jamás una presión», analizó Burdisso, con una mirada elevada sobre el mundo que transitó de pantalones cortos y que ahora empezó a recorrer de traje y corbata, siempre con las ideas claras.
