Un ingeniero no pudo resetear el sistema desde su casa, causando la cancelación y retraso de miles de vuelos.
El 28 de agosto de 2023, un fallo informático en el sistema de control de tráfico aéreo del Reino Unido causó el caos en los cielos, afectando a más de 700.000 pasajeros. Más de 2.000 vuelos fueron cancelados o retrasados debido a un problema aparentemente simple: una contraseña que un ingeniero no pudo resetear desde su casa. El incidente, que se prolongó durante más de seis horas, tuvo un coste estimado de entre 80 y 120 millones de euros para pasajeros y operadores aéreos.
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El origen de la falla fue un código duplicado que causó un malentendido en el sistema de control aéreo. El código DVL fue interpretado incorrectamente como dos ubicaciones diferentes: Deauville, Francia, y Devil’s Lake, Dakota del Norte, en Estados Unidos. Este error técnico bloqueó el procesamiento de la información de vuelo, dejando los sistemas fuera de servicio.
Para solucionar el problema, un ingeniero necesitaba resetear el sistema, pero, debido a restricciones de acceso, no pudo hacerlo de manera remota desde su casa. La tardanza en llegar a la oficina retrasó aún más la resolución de la incidencia, y tres horas pasaron antes de que pudiera llegar al lugar y arreglar el fallo. Aunque la falla fue finalmente resuelta, las repercusiones en el tráfico aéreo fueron devastadoras, afectando a vuelos internacionales y nacionales.
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Este incidente destaca una vez más los riesgos de interconexión digital y la vulnerabilidad de los sistemas tecnológicos a errores aparentemente menores. Como alertaron los expertos, cuanto más dependemos de la tecnología, más expuestos estamos a posibles fallos, que pueden tener consecuencias catastróficas en un mundo altamente interconectado.
Fuente: Infobae Foto:
La Sexta