Más de 1.100 millones de dólares habrían sido descontados de forma irregular a jubilados entre 2019 y 2024. Destituyen al titular del INSS y arrestan a tres sospechosos. La trama afecta a tres gobiernos.
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Un escándalo de corrupción golpea al Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) de Brasil y representa un duro revés para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El gobierno brasileño reveló este miércoles un esquema de fraude masivo contra jubilados y pensionados, con pérdidas que podrían alcanzar los 6.300 millones de reales (alrededor de 1.100 millones de dólares).
En medio de la investigación, el titular del INSS, Alessandro Antonio Stefanutto, fue removido de su cargo por decreto, mientras que otros cuatro funcionarios y un agente de la Policía Federal fueron suspendidos, según confirmó la Contraloría General de la Unión. La Policía arrestó a tres sospechosos y busca a otros tres prófugos.
El fraude consistía en débitos no autorizados aplicados a millones de beneficiarios del sistema previsional por parte de sindicatos y asociaciones que, en teoría, ofrecían servicios como asesoría jurídica o descuentos en planes de salud. La auditoría reveló que más de 5,4 millones de jubilados fueron afectados.
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“El esquema aprovechaba la vulnerabilidad de los adultos mayores. Es uno de los fraudes más despreciables que hemos visto”, denunció el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, en conferencia de prensa.
Según la Policía, se llevaron a cabo más de 200 allanamientos en varios estados y se incautaron bienes valuados en 1.000 millones de reales (unos 175 millones de dólares). La investigación apunta a delitos como corrupción, falsificación de documentos, lavado de dinero y asociación ilícita.
El caso se vuelve aún más sensible al haberse iniciado en 2016, durante el gobierno de Michel Temer, y haber continuado bajo los mandatos de Jair Bolsonaro y el actual presidente Lula da Silva. A pesar de que el gobierno se muestra activo en la investigación, el impacto político es innegable.
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En un contexto de caída de popularidad y con la inflación como telón de fondo, el escándalo se suma a otros recientes, como la renuncia del ministro de Comunicación, Juscelino Filho, acusado de corrupción, y las críticas por conceder asilo humanitario a la ex primera dama peruana Nadine Heredia, condenada por lavado de activos.
La imagen de Lula, aunque judicialmente rehabilitada tras la anulación de sus condenas, aún está marcada por los casos de corrupción que protagonizó en el pasado. Este nuevo escándalo vuelve a poner en el centro de la escena la fragilidad institucional y la desconfianza ciudadana.
Fuente y foto: DW