Las autoridades acusan al gobierno de Serbia de estar detrás del ataque a la infraestructura crítica de Kosovo, mientras la investigación continúa.
La Policía de Kosovo arrestó a ocho personas este sábado, relacionadas con los disturbios en el norte del país, y confiscó más de una decena de armas durante varios allanamientos. Sin embargo, todos los detenidos fueron liberados poco después por falta de pruebas. El caso está siendo investigado como un atentado terrorista, relacionado con una explosión en la red de suministro de agua en el pueblo de Ibër-Lepenci.
El ataque ocurrió el viernes por la tarde, cuando una explosión en la red de agua interrumpió el servicio y afectó la operación de dos centrales térmicas de carbón. La investigación reveló que entre 15 y 20 kilogramos de explosivos fueron colocados en una bolsa negra y activados con un detonador mecánico. Además de las armas, la Policía confiscó más de 200 uniformes militares, lanzagranadas, rifles AK47 y otros materiales que se cree están vinculados al ataque.
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El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, acusó al gobierno de Serbia de estar detrás del atentado, afirmando que el ataque forma parte de una estrategia dirigida por bandas orquestadas desde Serbia. Sin embargo, el ministro de Exteriores de Serbia, Marko Djuric, descalificó las acusaciones, considerándolas infundadas y advirtiendo que solo aumentarían las tensiones.
La Unión Europea condenó el acto de sabotaje, calificándolo como un ataque contra la infraestructura civil vital de Kosovo. Josep Borrell, Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, instó a todas las partes a cooperar con las autoridades de Kosovo en la investigación.
Fuente: Infobae.
Foto. Reuters.