«Con estas dificultades, no vienen los chicos a almorzar a la escuelas, sabemos de las necesidades del barrio. Desde el Ministerio de Educación en conjunto con Nutriendo, que es la entidad que nos aconseja como armar los menú de los nenes, se nos instruyó a todas las escuelas que tienen comedor o copa de leche disponer de bolsas de alimentos con las partidas de marzo para abastecer a las familias por unos 20 días», precisó la docente.
«Hicimos una primera entrega apenas comenzó la cuarentena, después se cortó un poco porque nuestros proveedores trabajan con cheque y nos los estaban recibiendo, pero esta semana volvieron a aceptarnos los cheques y volvimos a hacer las compras», explicó.
«En la primera etapa, el 17 de marzo, abarcamos a 45 niños con bolsas de alimentos, y en esta segunda de hoy incluimos a otros 65. Tenemos una matricula de 198 chicos y entonces la semana que viene cubriríamos al resto de los alumnos», remarcó.
«Somos coherentes con las recomendaciones, evitamos que las familias vengan todas juntas, citamos de 10 a 13, les decimos que venga un solo integrante, que no vengan los chicos porque las bolsas son pesadas para llevarlas. La entrega la hacemos en un hall que está ventilado, usamos alcohol en gel y lavandina para limpiar las superficies todo el tiempo, además de pedir que se respete la distancia», recalcó Meza.
«Las bolsas contienen alimentos secos con fideos de distintos tipos, y todo los ingredientes de una comida y de un desayuno o merienda; también salsas, caldos y frutas y verduras en una bolsa aparte», precisó.
«Nos recomiendan que la entrega se haga a las familias más necesitadas, en la primera entrega priorizamos a los chicos con capacidades diferentes y a las familias numerosas, de cuatro, cinco hijos. Y en esta segunda tanda tuvimos en cuenta a las familias de la que nosotros sabemos que tienen dificultades, llevo 17 años en la escuela y 12 en el cargo directivo», argumentó.
«En la escuela somos 30 docentes -la mayoría de los cuales llevan dos meses sin cobrar-, pero encabezamos la tarea con mi vicedirectora Alejandra Paz y algunos auxiliares porque nos llevan algunos días las bolsas. Primero hay que ir a comprar, vamos a un lugar específico para que nos alcance el dinero», enfatizó.
Respecto de los precios, reveló que «en la segunda compra nos ahorramos 7 mil pesos respecto de la primera, lo que nos permitió a asistir a 20 chicos más».
«Ayer nos llamaron dos familias y nos dijeron que no necesitaban la bolsa, que su situación era distinta y que se la diéramos a otra persona más necesitada», valoró Meza.