Por Edgardo Lillo.
Después de la salida desde Trelew, la primera escala fue el Ecocentro Pampa Azul a orillas del Golfo Nuevo en Puerto Madryn. Concluida la concensión de la Fundación Ecocentro durante la pandemia, después de una fructífera gestión, el municipio portuario debía resolver un nuevo proyecto para ese reconocido espacio científico, cultural y turístico.
Surgió entonces el contacto con Nación en el marco del proyecto Pampa Azul, una iniciativa interministerial del gobierno argentino que articula acciones de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación para proporcionar bases científicas a las políticas oceánicas nacionales, incluyendo el fortalecimiento de la soberanía nacional sobre el mar, la conservación, así como el uso sostenible de los bienes marinos, incluida la creación y gestión de áreas marinas protegidas.
En noviembre del año pasado se inauguró el espacio, sustancialmente renovado, con nuevas alternativas que atraigan a los visitantes, incluida una confitería concesionada, con el objetivo principal que sean los ciudadanos de la Provincia los que se interesen por conocer todo lo relacionado con el mar y el cuidado de las costas.
Su gestión tiene tres patas: el Ministerio de Ciencia Tecnologia de la Nación, la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia y la Municipalidad de Puerto Madryn, un organismo tripartito en el que deben consensuarse las decisiones.
Básicamente esa fueron las explicaciones del gerente del Ecocentro, Juan Carlos Lamas, del coordinador del municipio, el ex ministro de Turismo de Provincia, Herman Müller y de otras dos integrantes del equipo de trabajo.
En estos días, el horario de visitantes es de 15 a 19, pero todo depende de la época del año y de otras circunstancias como las llegadas de cruceros.
De hecho, el jueves en el inicio oficial de la Temporada de Orcas 2023 se inauguró en el Ecocentro una espectacular muestra fotográfica de los fotógrafos Maxi Jonas, Daniel Feldman, José Luis Lazarte y Marisa Berzano
En enero el promedio de visitantes rondó los 5 mil y en febrero fue de unos 3.500.
La segunda escala era Puerto Pirámides, aunque en el ingreso al Itsmo Ameghino, el paisaje rural y costero permitió ver varias manadas de guanacos, algunos mezclados entre las ovejas.
En el Centro de Visitantes del Istmo también comenzó y se realiza de 8 a 20 una muestra audiovisual sobre orcas, actividades lúdicas y la exhibición del cráneo de una orca juvenil.
También fue grato encontrarse con un par de maras, una adulta y otra más pequeña, la denominada liebre patagónica que en realidad se trata de un roedor grandote de la familia de los cuis, alguno de los cuales también se cruzó en el medio del camino, lo mismo que al regreso un zorro gris.
En Pirámides, el epicentro del avistaje de la ballenas, nos esperaba Carlos Bottazzi, hijo del legendario Tito Bottazzi y uno de los propietas de Whales Watch.
La moderada intensidad del viento presentaban un mar movido para la navegación, una advertencia bien expresa del afable y didáctico Bottazzi, pero la valentía del grupo de periodistas y fotografos y la maestría del capitán del Mimosa 3, el nombre tomado de la embarcación de los colonos galeses, permitió una incursión marítima hacia la reserva de lobos marinos de un pelo de Punta Pirámides, donde las hembras y los cachorros nacidos hace dos meses compartían el acantilado debajo de la imponente formación del cerro que da nombre al lugar, Pirámides.
También en los riscos se vieron cormoranes reales, gaviotas, gaviotines y palomas sudamericanas.
Fuera del resguardo del acantilado llegamos cerca de playa La Adela, del mismo nombre que tiene la estancia, por la que antes se podía ingresar a la costa. Pero entre la basura y los destrozos que provocaban los visitantes, los dueños prefirieron el cierre y el uso criterioso.
Una rica vianda se interpuso a la escala final a Punta Norte, en un trayecto directo de unos 80 kilómetros por la Ruta Provincial N° 3.
Llegamos avanzada la tarde, más una hora antes de la pleamar que estaba prevista a las 18.20. Las recomendación habitual de los especialistas, como Héctor Casín que nos esperaba en el mirador de Norre, es llegar tres horas antes y permanecer hasta tres horas después para tener la «suerte» de ver orcas. Eso es lo que, según un experto como el reconocido fotografo Daniel Feldman, hay que tener para ver al gigante odontoceto en plena acción, bastante suerte.
Nos encontramos con una sorprendente cantidad de turistas por tratarse de un dia de semana y sobre todo mucha comida en la costa. La mesa estaba servida, no sólo por la cantidad de lobos marinos muy a mano en la playa, sino porque los ejemplares nacidos en esta temporada, de no más de dos meses, deambulaban a la orilla del mar e incluso se sumergían inocentemente en el agua, lo que los hubiera dejado muy vulnerables a un ataque de orcas.
Sin embargo, la familia cazadora no asomó en la tarde un tanto ventosa y que se tornó fría a medida que se apagaba la luz solar.
Lo que sí llamó la atención de los turistas fue un ejemplar de peludo, atento a que sus invitados le arrojaran algún resto de comida.
Una de las principales razones, más allá de las condiciones del tiempo en ese momento, es que a lo largo de Península han proliferado las colonias de lobos marinos. Por lo tanto, era posible que las orcas pudieran haber tenido actividad en otro punto de la costa.
El hecho de tratarse de una zona intajible, incluida la actividad pesquera cuyos buques sólo pueden utilizar el sector solamente de paso, hace que también haya crecido las reservas de pingüinos, como la Estancia de San Lorenzo, por la enorme disponibilidad de comida.
Lógicamente no es el único establecimiento rural acondicionado como Hotel de Campo, lo mismo pasa con Rincón Chico en Punta Delgada y La Elvira en Caleta Valdés, mientras el Ministerio de Turismo resuelvo la concesión de otros de los hoteles de Delgada.
Pese a no haber cumplido el objetivo primario, el viaje de unas 14 horas de duración dejó un saldo por demás positivo. Nuestro paseo y la mirada de cada uno de nosotros seguramente nos permitió revalorizar el maravilloso patrimonio natural que nos rodea.
El agradecimiento para el equipo de Turismo que guió la excursión, denominada «Press Trip», con Paula Ortega a la cabeza, Florencia, Alicia y el chofer Nelson. Lo mismo ocurrirá en los próximos días con un grupo de periodistas de medios nacionales, aunque con los locales también pudieron incluirse dos colegas de Santa Fe capital.
