La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que el 80% de sus operaciones en Afganistán podrían cerrarse en junio debido a la falta de financiamiento. Esta medida afectaría a más de 1,8 millones de afganos, quienes quedarían sin acceso a servicios de atención primaria.
En marzo, la agencia de la ONU ya había clausurado 167 centros médicos, impactando a 1,6 millones de personas. La salida de Estados Unidos de la OMS ha agravado la situación, dejando sin fondos vitales a proyectos como la red de vigilancia del sarampión.
Desde enero hasta febrero de este año, Afganistán ha registrado más de 16.000 infecciones de sarampión y 111 muertes, evidenciando la vulnerabilidad sanitaria del país ante la reducción de la ayuda internacional.
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La crisis humanitaria se agrava con la pobreza generalizada y el aislamiento internacional del gobierno talibán, instalado en 2021. La dependencia de la ayuda exterior es clave para combatir enfermedades como el dengue y el paludismo.
Save the Children también anunció el cierre de 18 centros sanitarios por falta de fondos. UNICEF advierte que 638 mujeres mueren por cada 100.000 nacimientos, y la retirada de ayuda podría causar al menos 1.200 muertes adicionales.
La comunidad internacional enfrenta el reto de evitar una catástrofe sanitaria en Afganistán, donde la falta de fondos amenaza con colapsar el sistema de salud.
Fuente: RFI.