Las avispas orientales dejaron boquiabiertos a los científicos por su sorprendente capacidad para tolerar grandes cantidades de alcohol sin sufrir resaca. Este hallazgo sugiere que desarrollaron una mutación genética que les permite aprovechar los beneficios nutricionales del etanol presente en frutas fermentadas.
En la naturaleza, muchos animales, como los elefantes y varias especies de aves, consumen alimentos que contienen etanol, aprovechando su alto contenido calórico. Sin embargo, los estudios indican que las avispas orientales pueden manejar concentraciones de etanol de hasta un 80%, muy por encima del límite del 4% que afecta negativamente a la mayoría de los vertebrados.
La clave de esta tolerancia parece estar en la relación simbiótica que las avispas mantienen con las levaduras silvestres. Estas levaduras, que habitan en el sistema digestivo de las avispas durante el invierno, fermentan la fruta que consumen, generando etanol que les proporciona energía. Esta interacción ha llevado a que las avispas evolucionen múltiples copias de un gen que les permite tener una alta tolerancia al alcohol.
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Los investigadores, liderados por la ecóloga conductual Sofía Bouchebti, realizaron experimentos en los que alimentaron a más de 2,000 avispones orientales con soluciones de etanol. Sorprendentemente, aunque se notaron comportamientos como la dificultad para volar en línea recta, los insectos se recuperaron rápidamente y siguieron construyendo sus nidos, a diferencia de las abejas melíferas europeas, que no soportaron el mismo tratamiento.
Este estudio también da un vistazo a cómo la evolución y la dieta pueden influir en la relación de los seres humanos con el alcohol. La «hipótesis del mono borracho» sugiere que el consumo de fruta fermentada por nuestros ancestros podría haber establecido patrones de consumo de alcohol que perduran hasta hoy. Comprender la genética detrás de la tolerancia al etanol en las avispas orientales podría, en el futuro, ayudar a desarrollar mejores tratamientos para los trastornos por consumo de alcohol.
Aunque estos descubrimientos son fascinantes, los científicos advierten que aún queda mucho por investigar. Bouchebti destaca que la capacidad de las avispas para metabolizar etanol sin efectos adversos plantea preguntas sobre la adaptación evolutiva a este tipo de consumo.
Fuente: National Geographic.
Foto ilustrativa: Erik Karits.