Con la liberación del mercado cambiario, una de las consecuencias más inmediatas fue la reacción del sistema bancario ante el nuevo escenario financiero.
Varios bancos, tanto públicos como privados, decidieron subir las tasas de interés que pagan a los ahorristas por depósitos a plazo fijo en pesos. Esta medida busca retener fondos en moneda local ante la posibilidad de una mayor dolarización.
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El Banco Nación lideró la movida entre las entidades tradicionales con una suba de 7,5 puntos porcentuales: su tasa nominal anual (TNA) pasó del 29,5% al 37% para depósitos a 30 días por $100.000. En tanto, el banco CMF se posicionó como el que mejor rendimiento ofrece, con una TNA del 38,5%, seguido por Mariva, Voii y Bica, todos con una tasa del 38%.
Entre los bancos más conocidos por los usuarios, Galicia y Credicoop ofrecen el 34%, mientras que Santander y Ciudad de Buenos Aires presentan tasas más conservadoras, del 26% y 25% respectivamente. Estas subas se dan en un contexto donde la inflación de marzo fue del 3,7%, lo que todavía deja a muchas TNA por debajo de ese índice si se las mide de forma efectiva mensual.
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Cabe destacar que la suba de tasas se produce luego de que el Banco Central eliminara la obligatoriedad de mantener una tasa mínima para plazos fijos. Desde entonces, cada entidad ajusta sus rendimientos según su estrategia comercial. Sin embargo, la tasa de política monetaria fijada por el BCRA sigue como referencia, y permanece en el 29% nominal anual.
Para analistas como Salvador Di Stefano, el panorama podría cambiar en el segundo semestre si la inflación efectivamente desciende. A su vez, la oferta de instrumentos financieros alternativos, como Lecap o bonos que ajustan por inflación, compite con los plazos fijos por el interés de los pequeños y medianos inversores que buscan preservar su capital.
Fuente: Infobae.